Denunció a su ex por abuso pero fue presa ella

Flavia Saganías denunció a su ex pareja por abuso sexual contra su hija en Facebook. La justicia la acusó de instigar un ataque contra su ex

Insólita es la historia de Flavia Saganías. En noviembre de 2019, la mujer oriunda de Córdoba fue condenada a 23 años de cárcel por instigar delitos de incendio, privación ilegítima de la libertad, abuso sexual y homicidio contra su ex pareja, Gabriel Luis Fernández. En un posteo en Facebook, la mujer denunció que su ex pareja abusaba sexualmente de su hija de ocho años.

La acusación de Saganías tuvo lugar dos años antes, a través de Facebook. En la publicación, denunció a Fernández de abusar sexualmente de su hija. Tras la publicación, llegaron represalias: el hombre fue atacado en su casa de Capilla del Monte, apuñalado, golpeado con palos y con hierros, violado y atado a un árbol, donde sufrió una simulación de ejecución con un arma de fuego.

Gabriel Luis Fernández estuvo internado un total de 12 días, con un pulmón perforado por una puñalada. También tenía un profundo corte encima del ojo derecho, más de una docena de puntos de sutura y magullones por todo el cuerpo, entre otras lesiones.

Su casa, por otro lado, ya no existía. Quedó reducida a cenizas y la agresión cesó sólo cuando un vecino que vive a varios metros de ese domicilio gritó al observar que había humo y escuchar un griterío. Fue entonces que los atacantes huyeron.

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Flavia Saganías tendrá prisión domiciliaria, después de ir presa por denunciar a su ex pareja por abuso sexual contra su hija de ocho años

¿Y la causa por abuso contra la hija de Saganías? Quedó archivada por falta de pruebas. Contrariamente, Saganías aseguraba que su hija había sido abusada: había detectado que la nena, no solo se mostraba muy enojada y no hablaba con casi nadie: por las noches se despertaba gritando “qué asco, qué asco, no quiero”.

Como la niña no se comunicaba con nadie, a Flavia le recomendaron que la hiciera dibujar. La niña corporizó dos grandes manos, y un pene.

La publicación, que no duró mucho, decía: “Este abusador de niños, denunciado en la fiscalía de Cosquín, sigue suelto. Un violador más que sigue libre entre nuestros niños. Se llama Gabriel Fernández y vive en calle Pampa al fondo. Por favor difundir. Cuidémonos entre nosotros ya que la justicia no hace nada”.

Por un lado, Flavia se defendió de las acusaciones de instigar a la violencia. Al diario Página 12 le dijo, por ejemplo: “No fui violenta ni incité a cometer ningún delito. Respondí a los comentarios que sugerían matarlo, quemarlo, etcétera, que no podemos quitarle la vida a nadie, que cuidemos a nuestros hijos, que somos las herramientas que tenemos, justicia social”.

Sin embargo, la justicia de Córdoba la encontró culpable de incitar los delitos de “tentativa de homicidio agravado por el vínculo, por ensañamiento y por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con abuso sexual con acceso carnal agravado en grado de tentativa e incendio en concurso real”. El delito de instigación, en general, tiene penas muy parecidas al delito que se instiga.

Por último, Saganías solicitó la prisión domiciliaria para poder estar con sus cinco hijos, ya que ella es el único sostén económico. La causa adquirió relevancia nacional, y diversas organizaciones feministas colaboraron con la acusada. Finalmente, este martes le concedieron la prisión domiciliaria.

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