Conflicto

Gaza: Papá Noel no llega al apocalipsis

Israel no ha parado de destruir Gaza y con el objetivo puesto de eliminar a Hamas, asesinó a más de 20 mil civiles inocentes

 La situación en la franja de Gaza, es insoportable. Hay que dejar de llamar a esto con el concepto liviano de "conflicto" y con la teoría errónea de "guerra". Es un genocidio y más cruel aún, un infanticidio a manos de Israel que ni siquiera la Navidad puede parar. 

Más de 20 mil palestinos fueron asesinados, aunque hay 7 mil desaparecidos debajo de los escombros que no se pueden retirar por falta de herramientas. El 70% de las víctimas son mujeres, niños y bebés. El 85% de la población fue desplazada. Más de medio millón de personas está en riesgo de muerte por hambruna y la totalidad de los habitantes tienen problemas para conseguir alimentos. 

No hay palabras que describan la realidad de Gaza. Ni las fotos ni videos insoportables que llegan a través de las redes sociales, por parte de pocos privilegiados que afortunadamente pueden mostrarnos al mundo la gravedad extrema de lo que está sucediendo desde hace dos meses y medio cuando terroristas de Hamas atacaron pueblos de Israel, mataron a 1400 personas con crueldad y secuestraron a otras más de 200. 

El mundo repudió este horror, que sin dudas lo fue. La represalía se sabía inmediata y sin piedad. Así, desde aquel 7 de octubre, Israel no ha parado de destruir Gaza y con el objetivo puesto de eliminar a Hamas, asesinó a más de 20 mil civiles inocentes. 

Las imágenes son indescriptibles. Bebés y niños muertos, sus padres gritando desconsoladamente intentando despertarlos ante el consuelo de los médicos que no dan abasto ante la cantidad de víctimas que llegan en todo momento y con los pocos recursos con los que cuentan. Otros miles heridos gravemente, muchos con partes del cuerpo amputadas, sin padres, a la deriva y con hambre. 

El gobierno de Israel no solo ha hecho oídos sordos respecto a los pedidos internacionales de alto al fuego, sino que ni siquiera ha dado condiciones para que las organizaciones humanitarias puedan ingresar para llevar alimentos, remedios y cuestiones básicas para atender a miles de víctimas que se atienden en hospitales devastados, en tiendas de campaña, con recursos ínfimos y con hambre permanente. Esto agravado además por las inexistentes condiciones de higiene que en poco tiempo comenzarán a hacerse visibles en enfermedades. 

A esta altura no sabemos para qué está la Organización de las Naciones Unidas. Pese a la urgencia de la situación, el Consejo de Seguridad de la ONU postergó el último jueves una nueva votación para resolver el envío de ayuda humanitaria. 

Estados Unidos, aliado de Israel que tiene poder de veto en la ONU, ha rechazado pedidos de un cese de fuego inmediato y el otorgamiento a la ONU de la responsabilidad exclusiva para inspeccionar los envíos de ayuda humanitaria. Es decir, Estado Unidos quiere que siga muriendo la gente en gaza, la mayoría niños, siendo víctimas de los ataques aéreos y terrestres sin ningún tipo de piedad. 

Organizaciones mundiales de protección de la infancia como Unicef, ha pedido un alto al fuego inmediato y un acceso sostenido y sin trabas de la ayuda humanitaria. "Las víctimas infantiles en Gaza son, cada vez más, una mancha en nuestra conciencia colectiva", expresaron sin ningún tipo de escucha. 

Cuando uno se pregunta dónde está Dios para parar este genocidio, la creencia en Alá es para la gente de Gaza el único consuelo después de la muerte. Es que no ningún tipo de fuerza suprema, es el mismo hombre el que perdió todo tipo de dignidad y humanidad para generar esto y que el mundo no despierte. 

Ni siquiera la Navidad hace que Israel deje de bombardear. Ni siquiera la Navidad hace que el resto del mundo mire lo que no quiere ver, se apiade, se una y pida el fin de este genocidio.

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