Murió el hincha de San Martín que había quedado postrado tras una brutal golpiza
Lo habían golpeado con mampostería y adoquines a la salida de un partido donde había ido con su hijo y amigos.
En octubre de 2019, Héctor Daniel Segura, de 34 años e hincha de San Martín de Tucumán, fue víctima de una brutal golpiza a la salida de un partido. Desde ese día, había quedó postrado en una cama por los golpes que recibió en la cabeza y tras agonizar durante 10 meses, ayer murió.
El día del brutal ataque, Héctor había ido con su hijo , de 10 años , a ver un partido contra Defensores de Belgrano. A la salida de la cancha se reunió con un grupo de amigos en la esquina de Lavalle y Pellegrini, a metros del estadio La Ciudadela.
El hombre, según su familia, habría salido en defensa de un joven que estaba siendo atacado por cuatro sujetos. Sin embargo, habría enardecido a los sujetos y comenzaron a agredirlo.
https://twitter.com/JuegueSm/status/1291768154776010753Desde Juegue San Martín lamentamos profundamente la muerte de Héctor Segura. Hincha fanático de San Martín quién fue salvajemente golpeado por un grupo de inadaptados cerca de nuestro estadio, ….+ pic.twitter.com/mbGz1hv3XT
— Juegue San Martín (@JuegueSm) August 7, 2020
Segura sufrió coágulos en su cabeza; quedó cuadripléjico y perdió el habla, situación que lo mantuvo postrado en la cama durante diez meses hasta su muerte en el día de ayer.
El fiscal Pedro Gallo a cargo del caso, tras analizar las imágenes de las cámaras de seguridad, logró identificar a los autores del ataque: Mauro Gabriel Lobo, Marcos David Figueroa, Iván Matías Córdoba y Luciano Castro.
https://twitter.com/MarianaR31/status/1291724521985236999Murió Héctor Segura pic.twitter.com/YkQYUhAI87
— ??????? ?????? (@MarianaR31) August 7, 2020
Según su planteo, los cuatro violentos agredieron al hincha y a sus amigos Javier Eduardo Sanabria y a Gonzalo Zótola con golpes de puño y patadas. A los pocos minutos, regresaron en un auto rojo con el único interés de acabar con la vida de la víctima.
Segura salió corriendo, pero lo alcanzaron y Lobo y Figueroa comenzaron a golpearlo en la cabeza con un pedazo de mampostería y adoquines que encontraron en el lugar.