Puerto Madryn

Día Nacional de la Ballena Franca: "Necesitamos aprender a convivir con estos animales"

En el marco del Día Nacional de la Ballena Franca Austral, ABC Radio dialogó con Virginia Tortolini, bióloga recibida en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y actual integrante del Laboratorio de Mamíferos Marinos del CENPAT-CONICET en Puerto Madryn

La especialista destacó que esta fecha se conmemora a partir de un hecho ocurrido en 2002, cuando un ejemplar juvenil quedó atrapado en las cadenas de un catamarán en Puerto Pirámides. La comunidad logró liberarlo y desde entonces el animal fue avistado en varias temporadas, siendo bautizado como "Garra", en alusión a su marca natural y a la fuerza que demostró para sobrevivir.

"Hoy es un día muy importante, no sólo para la provincia sino para el país. La ballena franca fue declarada monumento natural nacional en 1984 y representa mucho para nuestros ecosistemas y también para nosotros como sociedad", explicó Tortolini.

Récord histórico de ballenas en Chubut

La bióloga reveló que este año el censo aéreo realizado por el laboratorio arrojó un número récord de ejemplares: "Se contabilizaron más de 2.100 ballenas. Eso nos habla de una población que, tras haber sido cazada hasta mediados del siglo XX, hoy muestra una recuperación favorable en la costa argentina".

Sin embargo, aclaró que el aumento poblacional también genera nuevos desafíos: "Son animales curiosos y sociables, lo que favorece la interacción con humanos, pero no debemos olvidar que son animales salvajes. A medida que crece la cantidad de ballenas, también se incrementan las interacciones con actividades náuticas, de buceo o con tablas, y eso puede generar conflictos o riesgos".

El impacto del ruido humano

En relación a sus estudios doctorales, Tortolini se especializa en acústica de ballenas: "Analizamos los sonidos que producen y cómo los utilizan para comunicarse. Hace 40 años se hicieron los primeros estudios en la zona, y hoy queremos comparar cómo han cambiado las vocalizaciones. También buscamos entender cómo afecta el ruido de actividades humanas como la pesca o la exploración petrolera".

La investigadora advirtió que estas fuentes de ruido podrían forzar a las ballenas a modificar la frecuencia o la intensidad de sus sonidos para poder comunicarse: "Necesitamos saber cuál es el límite, hasta qué punto el mar puede absorber estas presiones humanas sin que afecten negativamente a los animales".

Ciencia y turismo

Más allá del valor ecológico, Tortolini recordó que la ballena franca también constituye un atractivo económico clave para la provincia: "Aunque uno lo deje en un segundo plano, el turismo de avistaje representa un recurso muy importante para Chubut. Por eso debemos cuidarlas y trabajar en un equilibrio que permita la convivencia de las actividades humanas con la vida de estos animales".

La entrevista cerró con un mensaje de agradecimiento: "Gracias por este espacio para contar lo que hacemos. Estudiar a las ballenas no es sólo un trabajo científico, también es una manera de aprender a respetarlas y convivir con ellas".

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