El fuego arrasa

Un anàlisis de Saúl Gherscovici

Saúl Gherscovici

Una vez más, como en todos los veranos pero con una magnitud mayor, el fuego arrasa en la cordillera patagónica, quemando hectáreas, viviendas, sueños, esfuerzos y vidas.

Hasta el momento se consumieron 23.000 hectáreas de bosque, se destruyeron más de 100 viviendas, 2500 chacras y no hay un cálculo estimado de cuántos animales murieron. El incendio, además, ya cobró la vida de Don Ángel Reyes, un reconocido vecino de El Bolsón.

Los fantasmas y lo real

Los gobernadores de Río Negro y Chubut, Alberto Wereltinek e Ignacio Torres, denunciaron que los incendios fueron intencionales y se volvió a cargar brasas sobre la resistencia mapuche, a quien se le vienen adjudicando estos hechos desde hace más de 20 años sin que hasta el momento se le pudiera probar algo, más allá de algunas declaraciones que, en algunos casos, también son tergiversadas.

Del otro lado se responsabiliza a los sectores vinculados a los negocios inmobiliarios, la minería y otros intereses que incluyen la necesidad de alentar el fantasma de esa presencia terrorista latente pero nunca judicialmente encontrada responsables de nada, al menos en la Argentina.

Más allá de quien encendió el fuego, algo que parece lamentablemente nunca sabremos, las sequías prolongadas, el cambio climático, el sembrado de especies exóticas, y la falta de prevención son los aceleradores de las llamas.

Un Estado en siniestra retirada

Ese combo letal se completa con la falta de atención, inversión y compromiso del gobierno nacional que, como sucede con el resto de las responsabilidades del Estado, se retiró de escena, a la que solo vuelve, con la ministra Patricia Bullrich a la cabeza, para precisamente condenar el "terrorismo mapuche".

Desde el inicio de su gestión, como está haciendo con todos los resortes de contención del Estado, Milei puso en marcha el plan de desmantelamiento sistemático y total de Parques Nacionales.

El año pasado se despidieron 100 trabajadores y en lo que va de este 2025 se hizo lo propio con otros 30, entre ellos 10 brigadistas especializados en incendios forestales. La desinversión en equipos es total y los brigadistas, tanto los dependientes de Nación como los de provincias, continúan con sistemas laborales precarizados e incluso sin la posibilidad de plantear en paritarias la especificidad de su tarea, esa que la pone en el centro de los elogios cuando arriesgan sus vidas y luego en los últimos lugares de las filas de ingresos, adicionales y otras condiciones laborales.

En una entrevista en AbcRadio, por la 89.1, Virginia Gallardo, técnica del Parque Nacional Lanín, advirtió que el sueldo de un brigadista no llega al millón de pesos y sus contratos se renuevan -o no- cada tres meses.

Sin inversión, sin presencia, sin interés

Las únicas presencias de funcionarios nacionales en estos territorios fueron la mencionada de Patricia Bullrich, cuando vino a encabezar el desalojo de una usurpación en el Parque Los Alerces, que en realidad cuando llegaron las fuerzas ya se había levantado, y la que también realizó en esa misma oportunidad el titular de Parques Nacionales, Cristian Larsen.

La visita del presidente de Parques solo es recordada porque en la misma gastó 481.100 pesos en dos comidas en San Carlos de Bariloche: 339.200 pesos por un «almuerzo de trabajo» en el Cacique Inacayal Lake & Spa Hotel y otros 150.000 pesos por un sándwich de bondiola en el exclusivo restaurante Kandahar.

Gastos muy alejados no solo de la necesidad y utilidad sino del teórico discurso de austeridad y ajuste que, en definitiva, solo se lleva adelante sobre trabajadores, y el esquema de Parques Nacionales que engloba a 55 áreas protegidas de 18 mil hectáreas de todo el país y que se está desarticulando por una visión mercantilista, de negocios inmobiliarios, por sobre el valor y la protección ambiental que las conformó.

Finalmente digamos que, como sucedió en las otras tragedias que sufrió la Argentina, al margen de la inicial y forzada en Bahía Blanca y el descortés sobrevuelo en los incendios de Córdoba, el presidente Javier Milei sigue sin hacerse presente. La ausencia es toda una señal de la importancia que para la gestión, plan de gobierno y de construcción política, tienen estos territorios y necesidades de la población.