La ¿nueva? posición de los gobernadores
Análisis de Saúl Gherscovici.
Luego de 18 meses de ajuste y expropiación de los recursos de sus provincias y su gente, todos los gobernadores y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires compartieron el lunes un fuerte reclamo al gobierno nacional ese que, hasta el momento, solo algunos hicieron y sostuvieron en todo este tiempo.
Los mandatarios, sin importar sus procedencias político-partidarias y la posición que tuvieron en relación con Milei hasta el momento, dejaron de lado sus diferencias y suscribieron un documento que causó sorpresa y pánico en la Casa Rosada.
Los gobernadores reclamaron que se les devuelvan los fondos de Coparticipación, se redistribuya el impuesto a los combustibles y se destrabe la entrega de Aportes del Tesoro Nacional que se están repartiendo a cuenta gotas y direccionados en función de los votos que, en algunos tratamientos específicos, necesitó el gobierno nacional de los diputados y senadores que controlan los mandatarios provinciales aliados.
Costó pero parece que entendieron
A esta altura del partido, hasta los gobernadores colaboracionistas entendieron que el gobierno, por más ATN que les entreguen, se está quedando con mucho más y que se trata de recursos propios. A eso hay que agregarle las promesas incumplidas de obras y otros aportes que nunca llegaron, pese a que varios firmaron el Pacto de Mayo, el RIGI, acompañaron vetos, Ley Bases, DNU 70 y facultades delegadas.
La respuesta de la Casa Rosada fue inmediata y elocuente: el presidente Javier Milei vetó la emergencia económica a Bahía Blanca que, más allá de los dichos del vocero Manuel Adorni, hasta ahora se arregló con los fondos y políticas del gobierno de la provincia de Buenos Aires y gestión propia.
Resta saber si los 24 firmantes mantendrán su postura de reclamo y presentarán el proyecto de Ley para sostenerlo y recuperar fondos de unas finanzas que son escasas porque, al mal momento de la economía general se suma el hecho concreto de que las provincias y los municipios se tuvieron que hacer cargo de la totalidad de las acciones, obras y servicios, que dependen del Estado nacional.
No sería la primera vez que algunos mandatarios, como sus legisladores, sostienen y hasta votan una cosa y luego hacen todo lo contrario. Por la salud de las instituciones y de cada una de las provincias, se espera que, en esta ocasión, no haya ni defecciones ni arrepentimientos.
Lejos del centro de escena y del dominio de agenda
Desde la condena a Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno en general y Milei en particular perdieron el centro de escena y el dominio de la agenda, desde la que imponían temas y posiciones absurdas pero que generaban una distracción permanente sobre los temas y problemas reales, concretos y cotidianos. Esos que, en gran parte, fueron generados por la política económica y social que, desde el primer día, ejecuta Milei.
Además de la centralidad que logró CFK, la pérdida de agenda puede tener que ver con un desgaste de la relación entre el gobierno y quienes lo llevaron al poder con la esperanza del "fin de la casta", "la dolarización" y otras promesas no cumplidas en función de una motosierra que funcionó a full pero en otra dirección la prometida.
Hoy hasta entró en crisis el argumento de que la inflación era el mal de todos los males y de fácil control. Cada uno con sus bolsillos vacíos o escasos, entendió que de nada sirve que los precios no aumenten tanto como antes porque, en la práctica, cada vez se puede comprar menos. Y no estamos hablando de comprar artículos de lujo o elementos suntuosos, sino la comida de todos los días.
Hoy las Universidades siguen reclamando por su presupuesto, los jubilados por la pérdida de ingresos cobertura social y medicamentos, los trabajadores de la Salud Púbica (referenciados en el Garrahan) continúan con sueldos ofensivos y respuestas aún más dolorosas, las PYMES siguen perdiendo ingresos y cerrando puertas, al igual que los comerciantes. La morosidad en los créditos bancarios y en el pago de las tarjetas de crédito es altísima y, como se dijo, se usan no para darse gustos sino para "financiar" la compra de comida.
A todo ese grupo de sufrientes reclamantes se le sumaron los gobernadores, quienes ahora tienen que demostrar que se unieron para reclamar efectivamente todos juntos y de manera permanente y no solo hasta el próximo acuerdo o negociación personal. Esperemos que 18 meses y varias promesas no cumplidas después, se hayan dado cuenta que la gobernabilidad es otra cosa que apoyar ajuste y destrucción de los tejidos sociales de la Argentina.







