Siete proyectos para salvar las cuencas maduras, pero todos son cajoneados en el Congreso
Desde 2022, se presentaron 7 leyes para reactivar la producción convencional. El freno de Nación para el debate parlamentario y la falta de gestión de los legisladores actuales para lograr consenso
Desde 2022, se presentaron 7 leyes para reactivar la producción convencional. El freno de Nación para el debate parlamentario y la falta de gestión de los legisladores actuales para lograr consenso.
En los últimos tres años, el Congreso de la Nación recibió al menos siete proyectos de ley con un objetivo común: reactivar las cuencas maduras y frenar la caída de producción en el convencional. Sin embargo, ninguno logró avanzar en el tratamiento legislativo. Los documentos, impulsados desde distintas bancadas políticas y provincias productoras, quedaron cajoneados en comisiones. Ni siquiera se debatieron.
Este desinterés contrasta con la atención y el marco normativo que sí se ha construido para el desarrollo del shale en Vaca Muerta. Mientras la formación neuquina acumula beneficios, estabilidad fiscal y condiciones especiales de exportación, las cuencas del Golfo San Jorge, Austral y Cuyana languidecen con costos altos, baja inversión y pozos en declino.
Siete proyectos en tres años, cero avances
Entre los proyectos presentados se encuentran los expedientes "Régimen de Incentivos para Promover la Inversión y la Producción de Hidrocarburos en Cuencas Maduras de Explotación Convencional" y "Régimen de Incentivos para Promover la Inversión y la Producción De Hidrocarburos en Cuencas Maduras de Explotación Convencional", que proponen un régimen de incentivos para la producción de hidrocarburos en cuencas maduras con estabilidad fiscal por 30 años, beneficios impositivos y exenciones aduaneras. Ambos proyectos, casi idénticos, llevan más de seis meses sin tratamiento.
Otro ejemplo es el proyecto "Régimen de incentivos a la inversión en actividades destinadas a incrementar la producción de hidrocarburos líquidos mediante explotaciones convencionales", que establece un régimen de amortización acelerada, exención de derechos de exportación y libre disponibilidad de parte de las divisas para los productores convencionales. Aunque cuenta con medidas atractivas para pequeños y medianos operadores, no tuvo eco parlamentario.
También está el expediente "Programa Especial de Promoción de las Inversiones para la Recuperación de la Producción y el Empleo en Cuencas Maduras Convencionales", presentado por Ana Clara Romero. El texto es define los requisitos técnicos de los yacimientos en declino, fija metas de producción incremental, y incluso propone beneficios cambiarios. Pero tampoco logró ser debatido.
A ellos se suma el expediente "Régimen de Promoción de la Industria de Hidrocarburos", con beneficios más amplios pero que incluyen también a los yacimientos convencionales. Este proyecto, presentado durante el gobierno anterior, también duerme en los despachos legislativos.
Asimismo, hay que sumar un proyecto clave: el "Régimen de Promoción de la Producción de Hidrocarburos mediante Explotación Convencional", impulsado por el entonces ministro de Economía Sergio Massa durante su campaña presidencial. Tampoco fue tratado.
"Vaca Muerta sí, las cuencas maduras no"
La falta de tratamiento no es una cuestión técnica ni legislativa. Legisladores patagónicos de distintas fuerzas aseguran, en privado y en público, que existe una decisión política del Gobierno nacional de priorizar exclusivamente el desarrollo de Vaca Muerta.
En ese sentido, destacan que mientras las cuencas del Golfo San Jorge, Cuyana, Austral y Noroeste pierden producción y empleo, la única cuenca que creció en la última década fue la neuquina, traccionada por el shale. Los números del propio gobierno lo confirman: de las cinco cuencas hidrocarburíferas del país, cuatro están en retroceso.
Consecuencias del abandono
La falta de incentivos legislativos tiene consecuencias concretas: la caída de producción convencional, el cierre de pymes de servicios, el abandono de pozos y la pérdida de miles de empleos. También limita las posibilidades de exportación de petróleo convencional, que podría equilibrar el ingreso de divisas más allá del no convencional.
A su vez, impide el aprovechamiento de infraestructura ya instalada y de reservas aún disponibles en yacimientos maduros, cuya explotación requiere un marco específico que contemple los altos costos y el bajo rendimiento, tal como los proyectos de ley proponen.
Mientras el Congreso sigue sin actuar, el malestar crece en las provincias productoras. Gobernadores, sindicatos y cámaras empresariales coinciden en que urge sancionar un régimen diferencial para las cuencas maduras si se quiere evitar el colapso de la producción convencional.
El contraste con el avance normativo, regulatorio y financiero que goza Vaca Muerta no hace más que alimentar el reclamo de equidad.






