Panadería clausurada: una clienta encontró excremento de roedores en el pan

Una panadería ubicada en Avenida Roca al 300, en el barrio Pueyrredón, fue clausurada por el municipio luego de constatarse graves falencias higiénicas y la presencia de roedores en el área de elaboración. La intervención se realizó tras una denuncia de una clienta mayorista que encontró excremento de roedores en una partida de pan de miga destinada a la fabricación de sándwiches.

El secretario de Control Urbano y Operativo, Miguel Gómez, confirmó en diálogo con Radio Chubut que el operativo fue llevado a cabo por agentes de Bromatología, quienes inspeccionaron la sucursal tras recibir una denuncia anónima. "Los inspectores se acercaron al lugar y constataron situaciones muy preocupantes, como la existencia de materia fecal de roedores en los panificados y en las harinas", explicó.

Durante el procedimiento se verificó, además, la presencia de tres trampas para ratas distribuidas en distintos sectores del comercio, lo que evidencia que los propietarios ya estaban al tanto del problema. Según los empleados, incluso el día anterior a la inspección se había encontrado una rata enjaulada.

"Para sorpresa, detectamos al roedor y observamos que había tres trampas de ratones posicionadas en distintos puntos, por lo que, evidentemente, la titularidad del comercio sabía de la presencia de estos animales en el local", detalló Gómez.

Los inspectores también constataron la acumulación de elementos incompatibles con la elaboración de alimentos en la parte posterior del local, como "maquinarias viejas, vidrios rotos, heladeras descompuestas, cartones, bolsas y tarros de pintura", según detalló el funcionario.

La panadería fue infraccionada y clausurada, y las actuaciones fueron remitidas al Juzgado de Faltas. "Una vez se resuelva su situación en dicho organismo, se realizará una nueva inspección para ver si reúne las condiciones higiénicas adecuadas y, de ser así, aprobar la reapertura del local", explicó.

Pese a la gravedad del caso, el dueño del comercio reconoció el problema y mostró predisposición a corregir las falencias. En tanto, se remarcó que en el lugar trabajan varias personas que dependen económicamente de esa unidad comercial.

Finalmente, Miguel Gómez subrayó: "Esta situación es altamente preocupante, ya que estamos hablando de algo muy sensible como es la salud pública, dado que son productos alimenticios que la ingiere la población en general. Desde nuestro lugar, debemos trabajar para asegurar que los comodorenses consuman productos en condiciones".