Su padre la violó y le dieron prisión domiciliaria por el coronavirus

La jueza no informó debidamente a la víctima de la resolución por lo que la joven, hija del violador, se enteró de manera sopresiva que estaba en libertad.

La jueza de Ejecucción Penal de San Francisco en la provincia de Córdoba, Maria Teresa Garay, comenzará a ser juzgada desde está mañana por un Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial. Está acusada por mal desempeño tras haber otorgado el beneficio de la prisión domiciliaria a un hombre de 61 años condenado por el abuso sexual a su hija cuando ella tenía tan solo 14 años.

La jueza firmó la excarcelación de A.P., de 61 años, quien por padecer una cardiopatía recibió el beneficio en el marco de la crisis sanitaria por el coronavirus, pese a haber sido condenado a 8 años y tres meses de prisión en febrero de 2019 en un juicio donde reconoció su autoría. A menos de un caso de la condena, fue puesto en prisión domiciliaria y traslado a la casa de su pareja.

El juicio tiene por principal objetivo aclarar porque la jueza no le informó a la víctima, Florencia, la decisión de excarcelar a su victimario. “No se le informó a la víctima, no se la escuchó y no se le informó el resultado de esta resolución. Se enteró por comentario de terceras personas de que salió”, dijo en su momento Juan Manuel Rivero, el abogado de la joven.

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Su padre la violó y le dieron prisión domiciliaria por el coronavirus

Públicamente, la jueza rechazó este punto y dijo que el número que figuraba en el registro judicial no se correspondía con la víctima. Luego, aseguró que le fue imposible contactar a los dos abogados que la representan.

La víctima expresó sobre el impacto de la decisión de la jueza en su vida : “Hace casi un mes que mi vida cambió. Todavía no entiendo qué pasó, por qué, ni tampoco alcanzo a comprender la gravedad de la situación en su completitud. Hace casi un mes, me sentí indefensa ante tanta impunidad, una vez más. El mismo estado de indefensión que sentía conviviendo con mi progenitor. No obstante, siempre creí que eso podía cambiar y me esforcé por hacerlo. Con la verdad en mi mano, cumplí todos los pasos y hace un año la Justicia selló mi lucha con paz. Hoy por hoy, jamás esperé volver a sentirme indefensa, de nuevo. Lamento profundamente ser, otra vez, víctima. Esta vez, por una irregularidad inconstitucional. Crecí con zozobra y hoy, habiendo conocido lo que son la paz y la libertad, no me resigno y busco recuperarlas”.