El bebé que sobrevivió al silencio: Milo perdió a toda su familia y ahora espera un nuevo hogar
Tras la muerte de sus padres, abuelos y su hermana por una fuga de monóxido, Milo fue dado de alta y quedó al resguardo de una tía. La Justicia evalúa si su vida continuará en Argentina o en Europa.
En medio de la devastación, el llanto de un bebé fue lo único que rompió el silencio. Esa madrugada del 1 de julio, una fuga de monóxido de carbono en una casa del barrio porteño de Villa Devoto terminó con la vida de cinco personas: los abuelos Graciela Just (74) y Demetrio De Nastchokine (79), su hijo Andrés (43), su pareja Marie Lanane (42) y la pequeña Elisa, de apenas cuatro años.
Pero Milo, de un año y medio, sobrevivió. Estaba en otra habitación, quizás la única con ventilación. Fue trasladado de urgencia con un cuadro grave de intoxicación y permaneció varios días en terapia intensiva. Resistió. Y hoy, su historia conmueve.
Milo fue dado de alta y se encuentra al cuidado provisorio de una tía paterna en Pilar. La mujer, con quien no tenía un vínculo cercano hasta ese momento, lo recibió con amor y contención. La Justicia le otorgó la guarda para evitar que el pequeño pasara por una institución mientras se define su futuro.
El drama no es solo legal, sino emocional. Milo nació en Europa, su madre era francesa y su familia materna vive entre Francia y España. El viaje a Buenos Aires había sido breve, planeado como un reencuentro familiar. Pero el destino fue otro.
Los abuelos maternos y un tío llegaron desde Francia apenas conocida la tragedia. Permanecen en el país, acompañando las evaluaciones psicológicas y jurídicas que permitirán decidir qué es lo mejor para el niño. La Justicia argentina, respetando la Convención sobre los Derechos del Niño, analiza el "interés superior" de Milo.
Mientras tanto, el bebé empieza a reconstruir una rutina: duerme, come, juega. Aunque no puede comprender todavía lo que vivió, su nombre circula entre médicos, jueces y abogados. Pero también entre brazos que lo acunan y voces que lo llaman con ternura.
Lo que se resuelva en las próximas semanas marcará su vida. La urgencia ahora no es del tiempo, sino del amor.







