Toda tuya, Javo
La marcha antifascista fue pacífica, multitudinaria y trasversal. De acuerdo a las estimaciones, el ataque del presidente Javier Milei a las mujeres y las disidencias reunió el sábado a poco más de 1.5 millones de personas, que no dudaron en salir a enfrentar tanto discurso de odio y desintegración social y democrática.
La trasversalidad de la manifestación era la que se preveía porque, como sucedió con los primeros intentos de desfinanciar a la Universidad Nacional, pública, libre, gratuita, laica y de calidad, los atacados fueron todos, no solo las mujeres, homosexuales o comunidad LGTBQ+.
Fiel a su estilo, cuando veía lo que se venía, el gobierno intentó desinflar la convocatoria. Para ello primero intento el clásico "Milei no dijo lo que dijo". Ante la falta de éxito, optó por volver a tratar de degenerados a las disidencias, y finalmente carancheó el homicidio de un repartidor ocurrido en provincia de Buenos Aires.
¿Tanto les piden?
Un párrafo aparte de esa desesperada estrategia fue la utilización de periodistas de renombre, esos de reconocida militancia extrema pese a su disfraz de independencia, para repetir el tuit que escribieron los funcionarios de redes como "el Gordo Dan", Javier Lanari y otros. Fue así que Jonathan Viale, Luis Majul y Antonio Laje cuestionaron por la red de Elon Musk a quienes se iban a movilizar por los dichos del presidente pero no lo hicieron en otras ocasiones, que errónea y malintencionadamente juzgaron como parecidas, durante el kirchnerismo.
Nada de esto le sirvió a Milei y al gobierno para quitarle convocatoria y contenido a la marcha, más bien todo lo contrario. El resultado del hostigamiento, persecución, negacionismo y negación contra la verdadera Libertad y democracia, hizo que las plazas de todo el país se inunden de personas y de colectivos.
Encima, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, no pudo aplicar su protocolo. Esto permitió confirmar que los únicos incidentes que se producen en las manifestaciones, son provocados por la provocación de las fuerzas de seguridad, como sigue sucediendo todos los miércoles en las protestas de los jubilados.
Del diario de Yrigoyen a los algoritmos de Milei
El anteúltimo esfuerzo fue el mismo sábado cuando se informaba que los manifestantes en Buenos Aires eran solo entre 20.000 y 80.000 y se aseguraba, evidenciando una vez más la falta de visión social y federal, que la marcha estaba circunscripta a CABA y que se trataba de una "queja de espíritu palermitano" por sobre los verdaderos problemas del país.
El último fue con el hecho consumado. Allí el eficiente ejército de trolls hizo todo lo necesario para que el presidente pueda ver en su mundo de redes que era tendencia ya que por unas horas impusieron en X que #Mileiteniarazon porque "todos los que se manifestaron eran degenerados" y otras barbaridades y sinsentidos parecidas.
La batalla cultural que este ejército libra, mayormente pago "con la tuya contribuyente", es la de imponer en las redes una realidad virtual que muy poco tiene que ver con la que se vive en las calles. En los 30 se hacía lo mismo con los diarios, los de Yrigoyen, ahora los algoritmos son más eficientes, veloces, constantes, sugestivos e influenciantes.
Los silencios también hablan
Algunos párrafos más arriba mencionamos el triste papel que jugaron los Majul y los Viale, pero también es necesario comentar el vergonzoso silencio que mantuvieron importantes dirigentes políticos, candidatos, diputados, senadores, y demás ante este ataque furibundo del presidente Javier Milei.
Envueltos en negociaciones permanentes, algunas de ellas directamente componendas, quienes se presentan como "republicanos", como Macri y los suyos, muy poco o nada dijeron de este ataque social de Milei, que movilizó a la Argentina y al mundo. Tampoco, claro está, se expresaron cuando el presidente dijo que iba a perseguir a "todos los zurdos" porque, en definitiva, para estos sectores políticos como el PRO, ya absorbido por LLA, el silencio no solo es complicidad, también es supervivencia.
Afortunadamente la sociedad, como hizo con las Universidades, dijo "basta Javier, hasta acá llegaste" de una manera más genuina y certera que aquella que pronunció el entonces candidato Sergio Massa en el recordado debate presidencial, ese que ahora también se quiere eliminar y antes tanto reclamaban las fuerzas "republicanas".
Las movilizaciones universitarias marcaron un antes y un después, aunque es tanto el poder de daño del gobierno y falta de reacción del otro lado, que no lograron imponerse al resto de la agenda y acción de ajuste.
La marcha del sábado es una nueva oportunidad que la conformación social y democrática de la Argentina encontró, gracias a Milei, para ver si es posible construir a partir de la misma una reacción constante y permanente que ponga freno a tanto absurdo, desquicio y ajuste salvaje e inhumano.