Política

YPF es mucho más que un mameluco térmico de los domingos

Análisis de Saúl Gherscovici.

Saúl Gherscovici

El presidente Javier Milei, una vez más, se regodeó casi hasta el paroxismo con la cuestionada sentencia de la Jueza Preska, con la que pretende darle al grupo buitre Burford el 51% de las acciones de la recuperada YPF.

Apenas conocida la noticia y, casi como adolescente adicto a las redes, el presidente aprovechó el fallo para atacar al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, al que ahora (con Cristina en el balcón de San José 1111 y con la trascendente elección en la provincia de Buenos Aires a la vuelta de la esquina) le achaca ser el responsable de todos los males que afectan a la Argentina y al mundo.

En lugar de atacar la insólita sentencia y defender YPF (y con ello los intereses de la Argentina), el presidente centró su atención en la figura de Kicillof a quien volvió a insultar, como hace con todo el que piensa distinto, sean ellos/as artistas, periodistas, políticos o un niño de 12 años con autismo.

El problema de ese "tuit" es que, al igual que lo que sucedió el 14 de febrero cuando se consolidó la estafa con la $Libra, no es el de un adolescente a la madrugada en su cuarto, sino del presidente de la Nación Argentina, con todo el peso que eso tiene y sostiene.

No es nuevo que Milei aproveche cualquier situación para diferenciarse de los adversarios y meter caña. Lo grave es la nula visión que el presidente tiene del conjunto, que lo hace llegar y con ello arrastrar a la Argentina a lugares impensados. Algunos de ellos muy peligrosos, como el alineamiento extremo a Estados Unidos e Israel que, dicho sea de paso, no formó parte de su plataforma electoral ni tiene el consentimiento del pueblo argentino.

Luego de ese "tuit" tan "Javo", el presidente aparentemente tuvo que rever su postura. Así, luego de una reunión que convocó para analizar la situación, su todavía vocero Manuel Adorni, también por X, confirmó que el gobierno solicitó la suspensión del fallo, que trabaja en la apelación y que la sentencia es "jurídicamente inaplicable".

En su posteo, el electo diputado de CABA, reconoció que el fallo "contradice la Ley 26.741, que exige autorización del Congreso por mayoría agravada y desconoce la inmunidad soberana" y recordó que "las acciones no están en poder del Estado ni son legalmente transferibles". Es decir, lo que debió decir el presidente, que hasta el momento no acusó a su vocero de ser "un zurdo de mierda, kuka, o un mandril ensobrado", para citar su refinada manera de referirse a casi el resto de la humanidad.

La recuperación y lo que significa YPF

El presidente esta vez quedó expuesto con su publicación original pero sobre todo con la posterior del vocero que, si seguimos con la idea de que Milei actúa como un adolescente que se expresa por redes, obró como ese padre o mayor responsable que, a su manera, pone las cosas en su lugar y se disculpa ante el resto por los exabruptos del púber en cuestión.

Como vivimos en tiempos de odio y, aunque seamos de la Capital Nacional del petróleo, hay que repasar brevemente que este litigio se originó por la recuperación de YPF en el 2012 que, hasta esa decisión, estaba en las manos de REPSOL, que la vacío, se llevó las ganancias a España y le quitó a la operadora toda la necesaria trascendencia y vitalidad que la compañía debía tener en función de haber sido una empresa de bandera.

Esa recuperación, que se celebró con un enorme acto en el Ramón Santos con los petroleros de uno y otro lado de la cuenca, permitió la recuperación de producción, reservas, activos, exploración, explotación, trabajo y el desarrollo de Vaca Muerta.

Fue y es tan importante la recuperación de YPF y Vaca Muerta que, pese a todas las críticas que Macri vertió sobre ambas, cuando asumió la presidencia no solo las mantuvo sino que, como hoy lo hace Milei, se apoyó en ese proyecto que denominaba como faraónico y mucho más.

Lo mismo está haciendo también Milei porque Vaca Muerta es la que hoy sostiene el equilibrio energético y le aporta los dólares genuinos que ingresan al país, que dejarían de existir si la jueza Preska y los buitres se salen con la suya y se quedan con las acciones, priorizando de una manera absurda e insostenible un estatuto empresario sobre la Constitución, el Congreso y la soberanía de la Nación Argentina.

Como ven y sabemos, YPF es mucho más que un mameluco térmico que el presidente utiliza los domingos o cuando va a algún streaming con un "hijo de cuatro patas" que, por más que lo llame con el nombre de "Conan, Conan," no le hace caso y se niega a mirar a las cámaras que a él tanto le gustan y necesita.

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