Arcioni consiguió tiempo pero sigue sin reaccionar a tiempo

La reunión que el lunes el gobernador Mariano Arcioni mantuvo, en Buenos Aires, con Sergio Massa y enviados de Alberto Fernández, le permitieron ganar tiempo para evitar el juicio político en su contra

La reunión que el lunes el gobernador Mariano Arcioni mantuvo, en Buenos Aires, con Sergio Massa y enviados de Alberto Fernández, le permitieron ganar tiempo para evitar el juicio político en su contra. El dato es que, en  ese encuentro,  también se planteó la necesidad de que el mandatario chubutense reaccione y de respuestas concretas ante la crisis que ya lleva tres meses y colocó a la provincia en una situación realmente caótica.El armado de una mesa, con formato de Consejo Económico Social y con el Obispo Joaquín Gimeno Lahoz en primer plano, fue una de las sugerencias, pero la más importante es que comience a escuchar y comprender, tanto a sus aliados políticos como a rivales y a los propios sindicalistas, que están reclamando que los trabajadores cobren en tiempo y en forma, y en función de los compromisos asumidos por su propia gestión.El encuentro del lunes fue gestado por Sergio Massa, con la intención de sostener al único gobernador que tiene dentro de sus filas, y concedido desde el Frente de Todos para evitar erosionar el recién nacido Frente de Todos.Más allá de lo que cuenten las voces oficiales, la reunión fue áspera y conciente de ello, el gobernador llegó a la sede del Frente Renovador con algunos actores que, en principio no estaban invitados, pero que consideró necesarios para respaldar su situación y su visión del conflicto. 

La catarsis y el reparto de culpas fue extenso y hasta cansó al interlocutor de Alberto Fernández, Wado de Pedro, quien cansado de las acusaciones infantiles del gobernador hacia los dirigentes del Frente para la Victoria, lo frenó y le pidió una reacción acorde al conflicto que vive la provincia. En esa postura  coincidió Sergio Massa, que hizo señas al titular del Ejecutivo chubutense para que atienda y entienda la situación, tanto de la reunión como de la provincia.En ese contexto, luego del reparto de culpas y también con el vicegobenrador electo, Ricardo Sastre, escuchando y comprendiendo que ningún juicio político o conflicto lo iba a ungir como gobernador a partir del 10 de diciembre, se generó la mesa de acuerdos básicos.La presencia de Sastre no fue casual. El intendente de Puerto Madryn fue uno de los previamente invitados ya que, como se sabe y aunque se niegue, muchas desde las medidas destituyentes palaciegas parecían impulsadas desde su ambición de desplazar a Arcioni para asumir como gobernador.

LAS DEMORASUno de los problemas que, a todas vistas, tiene el conflicto provincial es que, precisamente, el gobierno parece ignorar su magnitud y la necesidad de atenderlo y buscar solucionarlo, no ya de inmediato porque ya lleva tres meses, sino cuánto antes.Por esa razón no se entiende por qué, en lugar de regresar de inmediato a la provincia, el gobernador optó por seguir de gira y acompañar a Alberto Fernández, que es conciente que se compró un conflicto pero que lo toma como parte de su acuerdo con Massa, a Mendoza.Arcioni prefirió esa foto y esa cercanía a quien casi seguramente sea el próximo presidente de la República, a regresar a Chubut, poner en marcha la mesa de pacificación y comenzar a cumplir con la parte que le corresponde para resolver el conflicto. La falta de reacción es tan grande que ni siquiera llamó personalmente al Obispo para proponerle sumarse a esta mesa.EL SALVATAJE DE NACIONEl lunes, el gobernador no sólo tenía previsto tener esta reunión política, también y por la mañana su idea era ser recibido por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, cónclave que finalmente no se concretó, por razones que todavía no están claras pero que parecen relacionarse con el claro enojo de Nación para con el gobernador a quien –se insiste desde la Rosada- “se le dieron todos los fondos que solicitó para atender el conflicto”.Frigerio no lo recibió pero habló telefónicamente con Arcioni. En la conversación, pese a los reproches y contrareproches, el ministro se comprometió a seguir explorando alternativas para hacer un nuevo “salvataje a Chubut”.En concreto, todo parece indicar que en horas, Nación enviará a la provincia unos 2400 millones de pesos, que le permitirán pagar los sueldos de agosto y septiembre, y descomprimir el nudo del reclamo de los estatales que es no cobrar en tiempo y forma.Arcioni, en definitiva, pareció conseguir un salvataje tanto político como económico, pero la pacificación de la provincia dependerá de un cambio de actitud, de relaciones, y sobre todo por comenzar a comprender que gobernar es más delicado y difícil que ganar elecciones.

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