Cada vez más desbocado
El presidente Javier Milei habló el miércoles en la Expo EFI (Economía Finanzas e Inversiones), oportunidad en la que nuevamente exhibió un discurso agresivo y descalificante, con particulares imitaciones de sus adversarios políticos que, en definitiva, son todos aquellos que no piensan como él.
El discurso, en definitiva, fue el de siempre pero agravado por la inestabilidad económica y social que vive el país, producida en gran parte por las medidas impulsadas por el gobierno que exhibe como un gran logro, como el hecho de haberle pedido un nuevo y oneroso préstamo al Fondo Monetario Internacional.
Los 20 insultos
Un análisis que se hizo de este discurso determinó que el presidente lanzó, al menos, 20 insultos en la Expo, donde fue aplaudido o por los chupamedias que lo rodean o por los asistentes nerviosos que, por más que se beneficien con este modelo, hace rato ya dudan sobre la inestabilidad del plan de gobierno y de su cerebro ejecutor.
Luego de asegurar que "ahora viene la mejor parte del plan", el presidente insultó a economistas, periodistas, la oposición y hasta los que curiosamente siguen sosteniendo el ajuste y el vacío democrático del gobierno genuinamente electo por el pueblo argentino en Diputados y en el Senado.
Pese a no admirar a Diego Armando Maradona y pese a todas las verdades que dijo "el Diego", la única cita que hace Milei del barrilete cósmico es una de sus expresiones repudiables. "La tienen adentro", aseguró el presidente dirigiéndose a los críticos del plan económico y con esta frase de innecesario contenido sexual, en las que generalmente incurre.
Los otros agravios fueron: "hijo de puta", "pelotudo", "boludo", "imbécil", "infradotado" (dirigido al ex ministro de Economía Martín Guzmán), "la reputa madre que te parió, zurdo de mierda", "kirchneristas con coeficiente intelectual por debajo de un mandril", "degenerados fiscales" (a los diputados y senadores que le aprobaron casi todo pero igual insulta) "periodistas ensobrados", "sindigarcas", etc, etc.
Tanto remó Francos...
Fue tanta la libertad y el poco control que Milei experimentó en esta Expo que, sin darse cuenta, desarticuló la pobre pero esforzada defensa que, para quitarle al presidente responsabilidad en la estafa $Libra, en la interpelación ensayó el ministro Coordinador de Gabinete, Guillermo Francos.
La base argumental de Francos fue que ese 14 de febrero a las 19 horas, momento en que Milei hizo el "tuiteo" que permitió que se concrete a nivel mundial la estafa con la cripto moneda, estaba en la Quinta de Olivos por lo que esa difusión de la $Libra fue parte de su mundo personal y privado no de su acción de presidente.
El argumento, claro está, no tiene peso alguno porque Milei, el anterior y el que venga, es presidente las 24 horas de los 7 días de la semana de los 365 o 366 días de cada año que dure su mandato.
Pese a la endeblez del argumento, Francos se aferró a ese esquema que, por otra parte si se contrapone al pasado reciente, se podría entonces sostener que cuando Alberto Fernández hizo en plena pandemia la polémica fiesta de cumpleaños a Fabiola, como también fue en Olivos, no la hizo como presidente sino como Alberto Fernández.
Pero fue el propio Milei quien, en una sola frase en la que pretendió autoelogiarse, desarticuló el flojo argumento de defensa de su ministro, el único que fue a la interpelación de Diputados.
El presidente reconoció que le "gusta trabajar desde Olivos, me evita viajar. Bajo del dormitorio y le doy desde las 6/7 de la mañana, café en mano, hasta las 22" dijo y a eso le agregó, como para explicar la curiosa foto con la ropa de YPF con la que recibió al controvertido economista, su inspirador , Jesús Huerta de Soto, que anda en mameluco "porque si tengo un tiempo voy a ver a mis hijitos de cuatro patas: Murray, Lucas Jr, Milton y Robert".
Es decir que el propio Milei reconoció lo que era obvio que cuando hizo ese tuit, la pieza fundamental de la estafa, estaba en funciones y en su lugar de trabajo...O sea... digamos a confesión de parte, relevo de pruebas.
Dicen que el pez por la boca muere, parece que los bocones también.