Así emprendió una familia en Comodoro tras un accidente: del desafío a la prosperidad en las calles
Una familia de Comodoro Rivadavia transformó el desafío en oportunidad. Con recetas caseras y mucho esfuerzo, sus berlinesas, tortas fritas y pan casero se han vuelto un éxito en las calles
En las calles Huergo y Alvear, un aroma a pan recién horneado y dulces fritos se convirtió en la firma de un emprendimiento familiar. Lo que comenzó como una necesidad, se transformó en un proyecto de vida que no solo asegura el sustento diario, sino que también une a una familia.
Todo empezó cuando la madre de Solange, la joven protagonista de esta historia, tuvo que dejar su trabajo en una panadería tras un grave accidente. Con la indemnización, la familia no se rindió y apostó por una amasadora para seguir adelante. "El emprendimiento lo empezó mi mamá y, como encontró un laburo en un quiosco, nos dejó a cargo a nosotros, sus hijos", explica Solange.
Recetas de familia, esfuerzo de todos
La fórmula del éxito es sencilla: recetas de toda la vida, ingredientes de calidad comprados al por mayor y, sobre todo, mucho trabajo en equipo. "A nosotros es una gran ayuda, nos salva mucho para el día a día", cuenta Solange. "Hay días que están flojos, pero gracias a Dios compramos todos los ingredientes por mayor y las cosas que hacemos son riquísimas. La gente pasa, consulta los precios, o con solo mirarlos los llevan".
Con su hermana, Solange se encarga de la producción de una variedad de delicias: berlinesas, calzones rotos, rosquillas, tortas fritas, pan con chicharrón y pan casero. La calidad es tal que los clientes no dudan en volver, e incluso "dan la vuelta para acercarse", un testimonio de la fidelidad que lograron construir.
Un futuro de oportunidades en la calle
El esfuerzo y la dedicación han dado sus frutos. La familia ya cuenta con tres puntos de venta en Comodoro: el principal en Huergo y Alvear, otro en Kennedy y Crónica, y un punto de encuentro cercano a esta última dirección.
En todos, el éxito es similar. "Nos va excelente, y en este también nos va bien, gracias a Dios", afirma Solange con orgullo.
La situación económica de la región, marcada por la inflación y la inestabilidad, hace que cada peso ganado sea una victoria. En este contexto, el emprendimiento no es solo una forma de generar ingresos, sino una garantía de que "gracias a Dios y a ella (su mamá) tenemos un plato de comida todos los días". Su historia es un reflejo de miles de familias argentinas que, ante la adversidad, encontraron en el trabajo y la creatividad la clave para salir adelante.
La visibilidad que logran en lugares tan transitados como la calle, sumada al boca a boca y la calidad de sus productos, es una estrategia efectiva que otros pequeños emprendedores gastronómicos pueden replicar. El contacto directo con el cliente y la flexibilidad para adaptarse a la demanda son factores clave para el crecimiento sostenido de este tipo de negocios.