Complicado (Humillado) y aturdido
Análisis de Saúl Gherscovici.
A 12 días de las cruciales elecciones de este 26, que posiblemente definan su destino político y el del país de caras al 2027, el presidente Javier Milei sufrió ayer uno de los golpes más duros, tanto en su "estrategia" para la votación dentro de dos domingos como en el plano personal.
Javier Milei y su equipo viajaron a Washington con la certeza de protagonizar una bilateral con su amado y admirado Donald Trump, en la que además de una nueva foto para el álbum cholulo del presidente se iban a producir los promocionados anuncios de salvataje financiero para llegar tranquilos al 26 y después vemos.
Viajaron ilusionados. Volvieron frustrados y ubicados en tiempo y espacio, algo que le cuesta mucho al gobierno en general y a Javier Milei en particular.
A esta altura, todo el mundo sabe que no solo no hubo ni bilateral ni anuncio concreto, sino que además Trump le dejó en claro al presidente que la eventual "ayuda" solo iba a llegar a la Argentina si ganaba las elecciones intermedias. La frase de Trump, pese a su confusión o falta de información respecto a cuantos años de mandato lleva Milei, fue tan clara como demostrativa de la relación de poder entre ambos mandatarios y respecto las expectativas que cada uno tenía sobre el encuentro y el futuro.
Milei esperaba recibir ayuda financiera y mimos. Trump solo dejar las cosas en claro y para que no queden dudas a la vista de todo el mundo. Nadie sabe si el presidente realmente quiso ayudar a su pegajoso e insistente admirador o sacárselo de encima de una vez y para siempre.
La humillación a Milei y su expectativa, como la que ocurrió con la situación similar que en abril el presidente estadounidense le propinó al presidente ucranio Volodimir Zelenski, fue televisada al mundo e incluyó una conferencia de prensa que habrá sido interminable para el mandatario argentino ya que de los 55 minutos que duró, 50 fueron de respuestas de Trump sobre el alto el fuego alcanzado en Gaza a partir de su iniciativa.
Los otros cinco minutos fueron claros ya que, pese a los posteriores esfuerzos de los "gordo Dan" y los Manuel Adorni de este gobierno, Trump claramente condicionó la eventual ayuda al triunfo de Milei en estas elecciones intermedias y no las del 2027. Condicionamiento que además es ofensivo porque describe la mencionada relación de dominación o sujeción voluntaria de uno hacia otra y la clara intención del presidente de Estados Unidos de meterse en las decisiones internas y soberanas del elector y ciudadano argentino.
Pedidos claros a los gobernadores y diputados amigos
Mientras que Trump humillaba a Milei a la vista de todo el mundo, en realidad antes y a la par, el gobierno de Estados Unidos desplegó un juego de presión y reordenamiento político para acomodar lo que queda de gestión tras la derrota electoral que sufriría LLA el 26, que se da por sentada también en el país del norte.
El asesor de Trump, Barry Bennett, tuvo varias reuniones en Buenos Aires en las que les señaló, tanto a los jefes de los bloques amigables como a los gobernadores de Provincias Unidas, lo que deben hacer luego del 27, fecha en la que finaliza el distanciamiento que varios de quienes respaldaron todo lo hecho en estos casi dos años tomaron para intentar no ser arrastrados por la mala imagen electoral de Milei.
Bennett mantuvo encuentros con los jefes de los boques legislativos de Diputados de la UCR, Rodrigo De Loredo, Encuentro Federal, Miguel Angel Pichetto, y Cristian Ritondo del PRO y tuvo contactos con los gobernadores de Provincias Unidas. A estos últimos, se descuenta, les detalló las inversiones que las empresas de Estados Unidos pueden y desean hacer en cada una de las provincias, que no estarán sujetas al triunfo de Milei sino a las condiciones que para respaldar lo que queda de gestión realicen cada uno de los mandatarios.
Las primeras respuestas y muestras de aceptación del planteo se vieron en Diputados cuando varios legisladores que responden a gobernadores de Provincias Unidas, entre ellas Ana Clara Romero, se abstuvieron de votar positivamente el reordenamiento del uso de los DNU presidencial. Esos votos no fueron definitorios, porque el proyecto volverá del Senado y tendrá que tratarse una vez más, pero fue una muestra y le dio tiempo a Milei de seguir abusando de los DNU y no sumar una definitiva derrota legislativa.
Volviendo a la reunión Trump-Milei, y para ir cerrando. Fue todo tan claro y televisado que por más esfuerzo que le pusieron los ministros de Economía y Seguridad, Luis Caputo y Patricia Bullrich, que hicieron una rara interpretación de lo que contundentemente dijo el norteamericano, la elección del 26 suena casi a un revival del Braden o Perón del 45, o el Patria o colonia de los 70 y siempre vigente.
Aunque el de ayer no fue un día de suerte, el presidente se trajo algunos temas para ensayar en su próximo concierto, entre ellos el himno norteamericano (que posiblemente ya sabe y canta) y una nueva versión de Complicado y aturdido de Los Pericos.