Tecnologia

El creador de ChatGPT advirtió: "Pronto veremos a los humanoides caminando por la calle"

Según Altman, estamos frente a un cambio que no solo transformará empleos, sino que incluso traerá a los humanoides a la vida cotidiana.

Sam Altman, creador de ChatGPT y líder de OpenAI, aseguró en una entrevista con Bloomberg que el impacto de la inteligencia artificial (IA) sobre el trabajo humano será profundo, rápido e inevitable. 

Durante el recorrido por la megafábrica Stargate de OpenAI en Texas, Altman admitió que muchos trabajos desaparecerán por completo. Las tareas repetitivas o basadas en reglas serán las primeras en caer frente a los algoritmos de IA. Sin embargo, aclaró que, como en otras revoluciones tecnológicas, también surgirán nuevos puestos que hoy ni imaginamos.

El desafío principal, explicó, es la velocidad del cambio. La IA avanza a un ritmo acelerado, dejando poco tiempo para que los trabajadores se reconviertan. Por eso, Altman subrayó que no basta con innovar: es necesario aplicar políticas activas de empleo, educación y contención social.

Altman reconoció que incluso los desarrolladores y expertos sienten ansiedad ante la imprevisibilidad de la IA. "La gente tiene miedo", dijo sin rodeos. No solo por la posible pérdida de empleos, sino por la falta de control: los sistemas actuales toman decisiones que ni sus propios creadores entienden del todo.

El CEO de OpenAI pidió hablar de estos temas con sinceridad para evitar falsas expectativas. Según él, aceptar los temores es clave para que la transición sea menos traumática.

Hasta ahora, muchos ven la IA como algo invisible: asistentes virtuales, algoritmos de redes sociales o automatización digital. Pero Altman cree que el verdadero quiebre vendrá cuando los robots humanoides sean parte de la vida cotidiana. "El primer día que vayas caminando por la calle y haya como siete robots que pasan a tu lado y haceiendo las cosas se va a sentir muy sci fi, pero será pronto", aseguró.

Empresas como Tesla, Figure o Sanctuary AI ya trabajan en robots capaces de caminar, manipular objetos y realizar tareas complejas. Altman considera que cuando eso ocurra, el impacto social será mucho más profundo, porque dejará de ser solo una idea para convertirse en una experiencia tangible.

En paralelo, OpenAI construye Stargate, una gigantesca planta de IA en Texas. Con una inversión inicial de 100.000 millones de dólares, el proyecto apunta a convertirse en uno de los centros de datos más potentes del mundo, usando tecnología avanzada de procesamiento gráfico (GPU) y sistemas de enfriamiento eficientes.

La primera fase estará lista para mediados de 2026, y su capacidad energética será impresionante: 1,2 gigavatios, equivalente al consumo de 750.000 hogares. Sin embargo, el propio equipo reconoce que lograr un suministro completamente libre de carbono es, por ahora, imposible.

Aunque OpenAI registró pérdidas por 5.000 millones de dólares en 2024, Altman y sus socios -como Masayoshi Son, de SoftBank- siguen apostando al futuro de la IA. Según el CEO, nadie sabe exactamente qué pasará. Como lo resumió al final: "Nadie sabe qué hay al otro lado de ese portal".

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