Guillermina Valdés tras conocer la orientación sexual de su hija: "No me gustó..."

Guillermina Valdés habló públicamente sobre el proceso personal que atravesó al conocer la orientación sexual de su hija Paloma Ortega y compartió una reflexión profunda sobre la maternidad, el acompañamiento y la necesidad de revisarse como madre. La empresaria reconoció que la situación la llevó a una autocrítica sincera, atravesada más por el propio ego que por un conflicto con su hija.

En una entrevista televisiva, Valdés contó que la revelación de Paloma, cuando tenía 16 años, la tomó por sorpresa y la enfrentó a una sensación de desconexión. "No me gustó no haberme dado cuenta antes", expresó, y explicó que sintió que no había estado lo suficientemente atenta emocionalmente. Según relató, su vínculo con sus hijos se construye desde el diálogo permanente y la escucha, sin imposiciones ni discursos cerrados.

La modelo subrayó que la sexualidad no define a una persona y que no debe convertirse en una etiqueta. "La sexualidad tiene que ver con una elección y no es algo que te defina", afirmó, al tiempo que remarcó que lo verdaderamente importante son los valores, el cuidado personal y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. En ese sentido, sostuvo que su rol como madre es acompañar y orientar, no juzgar.

Paloma Ortega, hoy de 23 años, mantiene un perfil bajo y recientemente hizo pública su relación con Ana Mir Bertone, hija del locutor Lalo Mir. Al igual que su madre, se desarrolla en el mundo de la moda y eligió resguardar su vida privada, alejándose de la exposición mediática que rodea a su familia.

Valdés también reflexionó sobre cómo las separaciones marcaron su historia personal y la dinámica familiar. Con Sebastián Ortega tuvo tres hijos -Dante, Paloma y Helena- y con Marcelo Tinelli fue madre de Lorenzo. Al respecto, explicó que las rupturas no implican una reconstrucción, sino una transformación del vínculo. "Uno no reconstruye, uno tiene hijos y el vínculo se transforma", señaló.

Finalmente, la empresaria reconoció que los cierres de etapas no son sencillos y que incluso cuando una separación es una decisión propia, el proceso duele. Desde esa experiencia, destacó la importancia de atravesar los cambios con honestidad emocional y poniendo siempre en el centro el bienestar de los hijos.

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