Comodoro

La mamá de Ámbar consiguió las autorizaciones de la obra social y la nena será operada

La niña de 7 años, que padece una cardiopatía congénita, epilepsia y malformación cerebral, requería desde hace más de un mes un electroencefalograma y una polisomnografía. Su madre, Paola Veloz, compartió el alivio tras obtener finalmente la autorización de la prestadora médica

Ámbar, una niña de 7 años de Comodoro Rivadavia que convive con una compleja situación de salud (cardiopatía congénita, epilepsia y una malformación cerebral), enfrentó durante más de un mes la angustia de no contar con la autorización de su obra social para estudios médicos urgentes. Finalmente, su madre, Paola Veloz, confirmó la grata noticia de que la prestadora autorizó no solo los estudios, sino también la leche y otros insumos necesarios.

La urgencia se centraba en la necesidad de realizar un electroencefalograma y una polisomnografía, solicitados por su neurólogo el 27 de marzo. Estos estudios son cruciales para evaluar el estado neurológico de Ámbar, especialmente tras la detección en diciembre de una malformación cerebral conocida como Chiari tipo 1.

"Uno como mamá o papá en esa situación queres dar la solución enseguida o por lo menos tener el resguardo de la obra social, es triste", expresó Paola. La incertidumbre le quitaba el sueño. "A mí como mamá me costaba dormir en las noches y cuando me levantaba era lo primero que se me venía a la mente", contó.

Paola destacó la importancia de la difusión del caso y el apoyo recibido por la comunidad, señalando que muchas familias se sintieron identificadas con su situación. "Ojalá esto impulse a que no se queden callados, seguir peleando, no estamos pidiendo nada regalado, es algo justo", afirmó. Subrayó que los hijos con necesidades especiales requieren terapias, insumos, medicación, leche y pañales de forma mensual, lo que implica una gestión constante con las obras sociales para asegurar su derecho a la salud.

La compleja salud de Ámbar también impacta en la dinámica familiar y en su día a día. Actualmente, no puede asistir a clases. Además, la familia debió adaptar su vivienda: "Es chiquita la casa donde vivimos, tuvimos que dejar nuestra habitación porque Ámbar necesita su espacio y las enfermeras necesitan el espacio para trabajar", explicó Paola.

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