La paliza de Axel a Milei abre un escenario nuevo y contundente
Por Saúl Gherscovici
Las elecciones del domingo en Buenos Aires dejaron en claro que el modelo económico y de odio, que desde que inició su gestión implementó el presidente Javier Milei, tocó fondo y ya ni siquiera es soportado ni votado por quienes hasta hace poco se regodeaban ante la destrucción social que el mismo provoca.
La Libertad Avanza venía de una fuerte derrota electoral en Corrientes pero, tanto por el peso electoral de la provincia como por la nacionalización en la que el gobierno transformó a una simple elección de legisladores provinciales y municipales de Buenos Aires, el resultado fue demoledor para Milei.
El adelantamiento electoral que en soledad decidió el gobernador Axel Kiciloff terminó siendo un acierto y convirtió el comicio bonaerense en un virtual plebiscito y pronunciamiento popular sobre las gestiones de Milei y la del propio gobernador, que ya no debería tener obstáculos ni internos ni externos para ser el candidato presidencial de todo el espacio progresista en el 2027.
Los discursos
Y mientras Axel ratificaba en los hechos ser ese candidato natural a la presidencia, Milei no solo archivaba su eventual reelección, ahora también debe ver cómo hace para terminar lo mejor posible su actual mandato porque la gente -con claridad- le dijo que el camino que eligió y fomentó hasta el momento no es el adecuado.
Axel Kicillof relajado, emocionado y feliz, le pidió al presidente que atienda las demandas de la gente, que respete el sistema republicano con la consabida división de poderes, el federalismo y que entienda que los ciudadanos rechazaron la falta de atención a derechos básicos y consagrados como son la educación y la salud, y le pidieron que deje de reprimir jubilados y desatender y robar a las personas con discapacidad.
El gran triunfador de las elecciones reclamó públicamente ese respeto a las instituciones y el necesario cambio de rumbo pese a que minutos antes, en un sombrío y vacío bunker, el presidente había ratificado que no sabe leer ni los discursos ni los resultados electorales.
Rodeado por la mayoría de sus ministros (sugestivamente no estuvieron Luis Caputo, Gerardo Werthein, Sandra Pettovello y Guillermo Francos), Milei solo admitió errores políticos, de los que no se hace cargo, y ratificó que seguirá adelante con el modelo de ajuste y descalabro social y productivo. Parece que el presidente, una vez más, pretende hacer pasar como virtud ese comportamiento temerario y peligroso que tienen aquellos que ven un paredón adelante pero, en lugar de esquivarlo, aceleran el auto que conducen y ruegan que el bloque de ladrillos mágicamente se corra.
La ausencia de algunos ministros, más la presencia de Santiago Caputo por primera vez arriba de un escenario, pero con los brazos cruzados como diciendo "yo no tuve nada que ver en esta estrategia", hacen prever que tal vez hoy mismo empiece a moverse algo dentro del gabinete. Las modificaciones, lamentablemente, parece que no se producirán por el resultado electoral sino por la dura puja que existe en el denominado triángulo de hierro.
Al igual que Macri
Las elecciones de ayer, con su contundente resultado, se transformaron en las PASO que Macri sufrió en el 2019 y que en la práctica significaron el fin de mandato. En aquel momento Macri enojado mandó a dormir a todos los argentinos y trató de convencer a todo el mundo que la elección no había sucedido. Milei ayer repitió ese gesto de mala lectura política y negación total de la realidad.
No hay tiempo para despegarse
La elección no solo fue un triunfo categórico de Kicillof sino también para el peronismo en su conjunto que, en reglas generales, tanto en el Congreso de la Nación como en las gobernaciones resistieron al modelo de ajuste, al que enfrentaron con un discurso afincado en la realidad y en una ideología que de plano se contrapone con la Libertad Avanza.
Los gobernadores del PRO que durante todo este tiempo acompañaron a Milei, entre ellos los que ahora conformaron Provincias Unidas, grupo que integra Ignacio Torres, ya no tienen margen ni ganancia para continuar bancando este modelo, que sostuvieron con las distintas aprobaciones de Ley Bases, superpoderes, no rechazar los vetos del presidente, el pacto de mayo, etc etc.
El problema que tiene este sector de poder, que se había armado como alternativa de poder para el 2027, es que sus protagonistas y conductores ya no tienen tiempo para despegarse, sobre todo aquellos que, como sucede en Chubut, llevan como candidatos a las elecciones del mes próximo a quienes desde sus bancas apoyaron todo lo que se les pidió del gobierno nacional e incluso más.
Milei prometió que en esta elección le iba a poner el último clavo al cajón del kirchnerismo. Su profecía se dio vuelta porque el contundente resultado, casi 14 puntos de diferencia, terminó resultando un clavo para su afiebrado sueño de reelección y delirio de ser un presidente exitoso y amado por los argentinos y el mundo.