Tensión en Verbano: salarios en cuotas, aguinaldo adeudado y denuncias de persecución
La tradicional fábrica de vajilla de Capitán Bermúdez enfrenta serios problemas económicos: los trabajadores denuncian pagos en cuotas, deuda de aguinaldo, hostigamiento interno y falta de respuestas del gremio.
La fábrica de vajilla Verbano, con más de 70 años de historia en Capitán Bermúdez, atraviesa una profunda crisis económica que afecta de manera directa a sus trabajadores. La firma, actualmente bajo el control del grupo inversor encabezado por Gerardo Glusman, enfrenta serias dificultades para afrontar el pago de sueldos y del aguinaldo, y además es señalada por prácticas de persecución laboral dentro de la planta.
Según denuncian los empleados, los salarios se vienen abonando en cuotas desde hace varios meses. Aunque en el último tiempo se restablecieron los turnos normales de trabajo, los pagos siguen llegando de forma fraccionada. A esta situación se suma el hecho de que aún no se abonó la totalidad del primer Sueldo Anual Complementario: sólo se pagó la mitad, y la empresa comunicó que la fecha del próximo pago "no está definida".
Un trabajador, que pidió mantener el anonimato por temor a represalias, aseguró que hay un clima de constante hostigamiento. "Al que habla, lo echan", afirmó. Relató además que se bajaron categorías a quienes apoyaron medidas de protesta, como la propuesta de realizar paros diarios de dos horas. También se habría prohibido el uso de celulares dentro de la planta tras la viralización de una filmación tomada por un empleado.
En medio de este escenario, la empresa habría ofrecido retiros voluntarios con el 50% de la indemnización, pagados en cuotas, bajo el mensaje implícito de "el que se quiere ir, que se vaya".
Mientras tanto, desde el Sindicato Ceramista de Capitán Bermúdez reina el silencio. Si bien hubo reuniones dentro de la planta, no se han emitido comunicados públicos ni manifestaciones sobre la situación de los trabajadores.
La empresa Verbano es única en su rubro a nivel nacional y forma parte del entramado industrial histórico de Capitán Bermúdez. Sin embargo, arrastra una década de dificultades que se intensificaron con la apertura de importaciones en 2016 y la pandemia en 2020. Hoy, la incertidumbre vuelve a golpear a su planta y a sus trabajadores, en un contexto cada vez más tenso.