Crown Point en la mira: dudas financieras ponen en jaque su llegada a Chubut
La crisis económica de Crown Point genera incertidumbre en Chubut. Desde la industria creen que podrían surgir nuevos compradores para los activos de Tecpetrol.
Crown Point atraviesa un momento de fuerte inestabilidad y su desembarco en Chubut está bajo la lupa. La compañía canadiense, que había anunciado la compra de activos de Tecpetrol en la Cuenca del Golfo San Jorge, enfrenta cuestionamientos sobre su capacidad real para sostener las inversiones necesarias en la provincia.
El problema no es menor: la salida de su CEO, Gabriel Obrador, dejó un vacío de liderazgo en una empresa que ya venía mostrando números preocupantes. Su balance 2024 arrojó pérdidas por más de 6.100 millones de pesos, con activos y pasivos casi equivalentes. Una señal de alarma que enciende dudas sobre la fortaleza de la operadora para asumir compromisos de largo plazo en el país.
Tecpetrol vende, Crown Point tambalea
El acuerdo original contemplaba la transferencia de las áreas El Tordillo, La Tapera y Puesto Quiroga, ubicadas al oeste de Comodoro Rivadavia, por un monto que podía superar los 61 millones de dólares. La operación fue presentada como un paso estratégico para consolidar a Crown Point en el sur, pero voces críticas sostienen que el verdadero objetivo de Tecpetrol era desprenderse de activos maduros.
"Cuando vos querés vender y te querés sacar de encima un área, lo hacés con tal de llevarte algo. No es que Tecpetrol esté poniendo plata, al contrario: está buscando un negocio rápido", cuestionó un referente del sector, que además planteó que existen alternativas viables para que la provincia no quede atada a un operador frágil.
¿Otros compradores en juego?
Las dudas sobre Crown Point abrieron la puerta a nuevas negociaciones. En la industria ya circula la versión de que otros interesados evalúan ingresar a la mesa de negociación por los activos de Tecpetrol. Incluso desde el Sindicato de Petroleros Privados de Chubut reconocen que "no estamos tan lejos" de una solución que permita sostener la actividad sin depender de una compañía con problemas financieros.
La discusión no es meramente técnica. Lo que está en juego es la posibilidad de sostener la perforación, los servicios de workover y pulling, y con ello los puestos de trabajo que generan los campos en producción. Si el comprador no tiene espalda para garantizar esas inversiones, el riesgo es que se paralicen operaciones clave y se frene el empleo en la región.
¿Puede Petrominera entrar en escena?
En paralelo, surgió la idea de que Petrominera, la empresa provincial, podría intervenir para evitar un vacío en la operación. "Estamos dispuestos a escuchar propuestas alternativas. Por el gasto que está haciendo Tecpetrol, Petrominera se puede hacer cargo del área, porque hablamos de 8 millones de dólares", señalaron fuentes cercanas al gobierno. Aunque la cifra es menor en comparación con los montos anunciados oficialmente, se trataría de un salvavidas local ante la fragilidad de Crown Point. Sin embargo, la decisión política aún no está tomada y dependerá de cómo evolucionen las conversaciones con potenciales nuevos oferentes.
Inversiones en duda, empleo en riesgo
El trasfondo de la discusión es el mismo que desde hace años afecta a Chubut: la fragilidad de las inversiones en campos maduros. Las empresas buscan optimizar sus balances, y las provincias quedan atrapadas en la incertidumbre sobre la continuidad de los puestos de trabajo y el cumplimiento de las obligaciones ambientales.
La salida de Obrador de Crown Point, sumada a los balances ajustados y a la desconfianza que genera en Tierra del Fuego y en otras jurisdicciones, refuerza la idea de que la compañía no está en condiciones de convertirse en un actor de peso en Chubut.
Por ahora, la única certeza es que la operación que parecía cerrada se volvió a abrir. Y mientras Crown Point intenta mostrar solidez, en el mercado crece la percepción de que Tecpetrol deberá escuchar nuevas ofertas si quiere concretar la venta. El futuro de los activos en El Tordillo, La Tapera y Puesto Quiroga, y de los trabajadores que dependen de ellos, queda así atado a la resolución de una crisis que expone, una vez más, la inestabilidad de las inversiones petroleras en la provincia.







