Los incendios y los fantasmas de siempre

Saúl Gherscovici

El fuego que se desató el miércoles en Epuyén consumió 2700 hectáreas de bosque y destruyó cerca de 60 viviendas. También generó el inmediato, arriesgado y esforzado trabajo de los Brigadistas, campañas de solidaridad y las especulaciones de siempre acerca del fuego y su intencionalidad.

De inmediato se pretendió vincular el incendio con el desalojo de la comunidad mapuche Lof Paillako del Parque Nacional Los Alerces ocurrido el jueves pasado. Desalojo que, en realidad, no fue tal porque cuando las fuerzas comandadas por Patricia Bullrich llegaron ya no había usurpadores.

Apenas el fuego comenzó a arreciar, la asociación con el desalojo, como ahora el ataque a la estancia Amancay, fue lineal y reiterativo con lo que desde hace décadas se viene fomentando: la existencia de una línea mapuche radicalizada y violenta bajo la sigla RAM -Resistencia Ancestral Mapuche-.


Sin cobertura y apoyo nacional

Luego de tantas acusaciones vertidas en declaraciones y comunicados oficiales, ayer la vecina de Epuyén Flavia Broffoni aseguró a Radio Splendid que el fuego comenzó por un descuido. La politóloga afirmó que "todos saben que el incendio se originó por un accidente doméstico con una amoladora en una casa al lado de un pinar muy grande"

La ambientalista puso el foco en el calentamiento global y en las forestaciones de pinos exóticos que, además de avanzar sobre los bosques nativos, alimentan el fuego velozmente y terminar provocando los desastres que se repiten cada año.

En lo ocurrido en Epuyén, además, se ve la clara desatención del gobierno nacional que, entre el plan de ajuste y su oposición al calentamiento global, desactivó el Servicio de Protección del Fuego hasta dejarlo en manos exclusivas de cada provincia, a las mismas a las que les resta otros recursos para atender las demandas ciudadanas y ambientales.

Los sospechosos de siempre

El fantasma de la RAM, que hasta el momento ninguno de los qus desde hace décadas lo agita pudo confirmar, se superpone con los otros más reales como son el mencionado calentamiento global y los negocios inmobiliarios.

En estos tiempos que corren, en los que desde el gobierno se ignoran los tratados climáticos, se avanza sobre los derechos humanos en general y los de los pueblos originarios en particular, la eventual existencia de un grupo terrorista mapuche es necesaria y redituable.

Para todo ese calentamiento de negocios, el fantasma de la RAM es ideal para promover desalojos y desprotecciones. Acciones que son necesarias para habilitar esas "grandes inversiones", entre ellas la minería, que por ahora está prohibida en Chubut.

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