Padre Juan Carlos Molina: "La iglesia también es política y la política se hace para el que otro pueda vivir mejor"
El sacerdote sorprendió al aceptar ser candidato a diputado nacional por Fuerza Santa Cruz. En diálogo con ABC Radio, explicó las razones de su decisión, el vínculo con Cristina Fernández y el Papa Francisco, y advirtió: "Mi gran promesa es no prometer nada".
El anuncio generó sorpresa tanto en la dirigencia política como en la sociedad santacruceña: el padre Juan Carlos Molina será candidato a diputado nacional por el frente Fuerza Santa Cruz. En entrevista con ABC Radio, el sacerdote explicó los motivos de su decisión, su recorrido social y su visión sobre la política actual.
"La primera vez que me lo dijeron, pensé que estaban locos. La segunda también. Pero a la tercera vez me puse a mirar más profundamente los motivos y entendí que había un camino recorrido de 25 años, trabajando con los más pobres y vulnerables, en escuelas, fundaciones y proyectos sociales. Pareciera que la política necesitaba caras nuevas, miradas nuevas y, sobre todo, un punto de unidad", expresó.
Molina reconoció que su nombre fue vinculado inmediatamente con Cristina Fernández: "Siempre he estado de este lado de la grieta. No voy a negar que soy de Cristina, sería una imprudencia y una mentira hacerlo. Pero también hay muchos compañeros y sectores que apoyaron esta candidatura. Cristina me lo planteó, y le dije que no. Pero después vinieron otros y entendí que había un consenso que no podía ignorar".
El sacerdote también mencionó al Papa Francisco como una de sus grandes influencias: "Siempre dicen que los curas tenemos que rezar y no hacer política. Yo rezo y hago política. Y ahora rezaré más para poder hacer una buena política. Francisco nos enseñó que la Iglesia hace política cuando se pone del lado de los pobres. Hoy me toca tomar partido y pido licencia a mi rol sacerdotal para poder hacerlo con libertad".
Respecto a su propuesta, fue claro: "Mi gran promesa es no prometer nada. Lo que sí puedo asegurar es trabajo, compromiso y la mirada desde abajo, desde los que menos tienen. La política no puede ser entendida como un lugar de privilegios, sino como la posibilidad de que el otro viva mejor".
Molina también cuestionó duramente al gobierno de Javier Milei: "No sospechábamos tanta crueldad. La han convertido en un plan político. Si hoy la pelea central es tirar abajo el veto del presidente contra las pensiones por discapacidad, algo no está funcionando en la sociedad. Hay un corazón cerrado. Recuperar la política es fundamental, porque la crueldad no puede ser un proyecto de Estado".
En su análisis sobre Santa Cruz, apuntó a problemas estructurales: el costo de vida, el turismo golpeado por tarifas aéreas inaccesibles y el endeudamiento de las familias. "Santa Cruz es la provincia que más caro paga el changuito del supermercado. Hay docentes que para llegar a fin de mes tienen siete tarjetas. Y en muchos lugares, donde el Estado no llega, es la droga la que ocupa ese lugar. Eso tenemos que cambiar", advirtió.
Finalmente, dejó una definición de su paso de los altares a la política: "Jesucristo fue un gran político, porque se metió en el núcleo del poder religioso, económico y político de su tiempo para defender a los pobres. Yo solo sigo esa enseñanza".







