Reforma

Reforma laboral: un nuevo frente abierto para la Cuenca del Golfo San Jorge

El proyecto impulsado por Casa Rosada genera tensión en la industria petrolera. Los cambios propuestos podrían afectar salarios, empleo y beneficios históricos.

El borrador de la "Ley de Promoción de Inversiones y Empleo" que el Gobierno nacional puso en circulación despertó fuerte preocupación en la industria petrolera de la Cuenca del Golfo San Jorge. Los cambios propuestos en la Ley de Contrato de Trabajo podrían modificar condiciones esenciales del trabajo en yacimientos, donde los esquemas laborales fueron construidos a partir de décadas de negociación colectiva.

Sin mencionar sectores específicos, el proyecto apunta a rediseñar el funcionamiento del mercado laboral en todo el país. Pero en la Patagonia, donde la actividad hidrocarburífera concentra buena parte del empleo privado registrado, cualquier modificación tiene impacto inmediato en salarios, beneficios y estabilidad de las familias trabajadoras.

La alarma se enciende por dos ejes centrales del borrador: la flexibilización de la jornada laboral a través de convenios regionales o por empresa, y la redefinición del concepto salarial en función de los beneficios que dejarían de estar sujetos a aportes y contribuciones. Ambas medidas alteran la arquitectura laboral del sector energético, donde el trabajo en campo tiene costos y riesgos particulares que durante años fundamentaron derechos y adicionales.

Aunque el Gobierno plantea que la intención es incentivar inversiones y generar más empleo formal, en la región y en la industria petrolera se interpreta que gran parte del esfuerzo recaería sobre los trabajadores, con la posibilidad de perder ingresos históricos y ver reducido el alcance de la protección previsional.

Un cambio que inquieta a la cuenca

Uno de los puntos más sensibles del borrador es la propuesta de permitir la creación de un "banco de horas" y la posibilidad de reorganizar descansos y turnos en función de las necesidades de producción de cada empresa. Hasta ahora, la legislación fija límites de horas diarias y semanales, con una compensación económica específica para las horas extras, lo que asegura un esquema salarial proporcional al esfuerzo realizado.

En sectores como el petróleo, donde los trabajadores cumplen jornadas extensas y suman tiempos de viaje hasta los yacimientos, la modificación de esos parámetros podría significar una disminución del salario si la compensación de horas deja de funcionar como hasta hoy. La preocupación aumenta ante la idea de convenios por empresa, ya que habilitarían acuerdos diferenciales para operadoras y contratistas dentro de la misma región, poniendo en riesgo un piso de protección común.

La posibilidad de que los descansos cambien o se reduzcan también genera alerta en un sector que trabaja bajo condiciones extremas y donde la seguridad es un factor vital. La jornada laboral tiene un impacto directo en la prevención de accidentes y en la salud de quienes operan equipos pesados en entornos exigentes.

El temor es que la lógica productiva prime sobre los estándares de seguridad, poniendo más presión en una actividad que ya exige un nivel físico y mental elevado. En los gremios se interpreta que la incertidumbre está instalada y que será necesario un fuerte control en la etapa legislativa.

Caída en aportes, jubilaciones e indemnizaciones

El proyecto también propone una redefinición de los beneficios sociales no remunerativos. Vivienda, transporte, alimentación, conectividad y viáticos podrían dejar de integrarse al salario. En la industria petrolera esos ítems forman parte estructural del ingreso, porque permiten compensar el elevado costo de vida y la logística compleja que requieren los campamentos y yacimientos alejados de las ciudades.

Si esos conceptos dejan de ser base de cálculo, se reducirían las contribuciones al sistema jubilatorio, el financiamiento de las obras sociales y los montos de futuras indemnizaciones. Además, el trabajador perdería poder adquisitivo inmediato, dado que parte de su salario quedaría fuera de la actualización paritaria y de los adicionales que se calculan sobre la remuneración total.

Esto genera un efecto dominó que, según advierten en el sector, puede perjudicar tanto al presente como al futuro previsional de miles de trabajadores. Con condiciones de vida exigentes y desgaste físico acumulado por años de labor, una jubilación más baja se convierte en una señal de alarma extendida en toda la cuenca.

Al mismo tiempo, el borrador excluye a sectores con regímenes jubilatorios diferenciales, como el petróleo y la minería, del acceso a beneficios fiscales por nuevas contrataciones. La medida pone dudas sobre la capacidad de sostener inversión y actividad en yacimientos maduros, especialmente en Chubut, donde la curva de producción ya está en declive.

Una señal de alerta sobre el futuro

El debate legislativo se anticipa extenso y cargado de tensión política, pero en la Patagonia la discusión ya se vive como una advertencia temprana sobre el futuro del empleo. Gobernadores, intendentes y organizaciones sindicales siguen de cerca el avance del borrador, conscientes de que la industria petrolera sostiene la economía regional y define el desarrollo de sus comunidades.

La sensación compartida es que cualquier reforma laboral debe nacer del equilibrio entre competitividad y derechos adquiridos. La protección del salario, la seguridad operativa y la previsión social son pilares que el sector considera irrenunciables, especialmente en el contexto de los desafíos que plantea la transición energética y la búsqueda de nuevos recursos.

Por ahora, la palabra clave en yacimientos y bases operativas de la cuenca es alerta. Hasta que la letra se transforme en ley y cada artículo sea debatido en el Congreso, la incertidumbre será protagonista de un proceso que puede marcar el rumbo de la industria en los próximos años.

Ávila

"Vamos a defender el trabajo de nuestra gente"

El secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Chubut, Jorge Ávila, tomó posición ante el escenario que plantea la reforma laboral y la tensión económica que enfrenta su sector.

"Por eso, nosotros, desde el más humilde puesto que tenemos, vamos a defender esa mentalidad que tenemos, el trabajo de nuestra gente. Cuando a mí me ponen en una mesa a discutir ciertas cosas, yo tengo un solo objetivo en mi cabeza, es lo que se va a abrir ahora. Con este proyecto que quieren inventarse una ley laboral y todo lo que va a pasar, ¿qué creen? ¿Cómo creen que vamos a terminar? Esta es la pregunta."

Ávila remarcó que no se opone a transformaciones que beneficien al país, pero exige que se mantengan las garantías sobre los puestos laborales en la cuenca:

"Nosotros no estamos en contra de que haya cosas que se cambien, jamás vamos a estar en contra de eso, porque, si es para el bien del país, lo tenemos que lograr entre todos. Si es para la confianza de nuestra gente, lo tenemos que pelear entre todos, sabiendo y comprendiendo que tenemos la obligación de defender a nuestro trabajador en cada puesto de trabajo que tengan."

El dirigente subrayó que la región ha atravesado múltiples crisis y que el empleo se sostuvo gracias al esfuerzo colectivo de distintas generaciones de trabajadores:

"Debemos ser el sindicato con más despedidos en la región, si quieren mirarlo. Pero no es la primera vez que hemos pasado esta crisis, hemos pasado muchas crisis, las hemos superado, y sí, muchos de los que están acá, hoy están acá, porque mucha gente se fue y dejó el lugar para que ustedes sigan. Y eso es lo que tenemos que cuidar nosotros, el lugar que nos dejaron, los que ya se jubilaron se fueron, y los que capaz no vuelven nunca más."

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