Básquet

Tras más de tres décadas, Martín Villagrán cerró su ciclo en Gimnasia

Tras más de tres décadas vinculadas al club, el entrenador Martín Villagrán se despidió de Gimnasia y Esgrima de Comodoro.

Joaquin Saldaña

Después de más de tres décadas de dedicación y compromiso, Martín Villagrán se despidió de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Su historia no solo está marcada por el básquet, sino también por el esfuerzo, la humildad y los valores que transmitió dentro y fuera de la cancha.

En 2003, José Pestuggia le propuso dirigir mini-básquet e infantiles mientras aún jugaba en Primera. Así comenzó su carrera como entrenador, que lo llevó a convertirse en un referente del club, dejando una huella imborrable en generaciones de jugadores.

Villagrán es un convencido de que el éxito se construye desde el grupo. Muchos de sus dirigidos jugaron partidos enfermos o lesionados, priorizando al equipo por encima de lo individual. Esa entrega es reflejo de lo que él mismo vivió, como cuando dirigió a Gimnasia tras la muerte de su padre, cumpliendo con el deber como sus padres le enseñaron.

"Lo que más genera satisfacción, y en este momento de terminar segundos, es el funcionamiento colectivo, y es lo más importante para alcanzar objetivos", dijo Villagrán tras la final de la Copa Súper 20, en la que Gimnasia terminó subcampeón ante Instituto de Córdoba.

El "Villa", como lo conocen en el ambiente del básquet, también es padre, hermano y amigo. Siempre presente para los suyos, acompañó a su hermana Laura -también entrenadora- en un difícil momento de salud, y extraña a sus hijos cada vez que tiene que salir de gira.

En su despedida, Martín Villagrán compartió unas palabras cargadas de emoción y gratitud. Recordó sus inicios y agradeció especialmente a Juan, quien confió en él desde que tenía apenas 11 años. "Juan me abrió las puertas con 11 añitos y me dio la posibilidad de hacer todo este camino profesional", expresó conmovido.

El entrenador aseguró irse con la conciencia tranquila por haber dado todo al club, tanto en lo personal como en lo profesional. "Hoy me voy vacío de haberle entregado, como persona y como profesional, al club todo lo que tenía para darle. Es inevitable no emocionarme. Gracias por el respeto y por el cariño", afirmó. Y concluyó con una mirada al futuro: "Me voy en paz, me voy feliz y buscando un nuevo objetivo deportivo".

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