Vaticano

León XIV pidió construir un mundo justo, en paz y con familias basadas en la unión estable entre hombre y mujer

Durante su discurso ante el Cuerpo Diplomático acreditado en el Vaticano, el Pontífice destacó que la paz, la justicia y la verdad deben guiar tanto a la Iglesia como a la diplomacia internacional. Reafirmó que para lograr sociedades pacíficas es clave invertir en la familia fundada sobre la unión estable entre un hombre y una mujer.

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 En su primer discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa León XIV instó a los embajadores a trabajar juntos por un mundo en el que "cada uno pueda realizar su humanidad en la verdad, en la justicia y en la paz". A lo largo de su intervención, el Pontífice trazó los pilares de su visión: la paz como un don activo, la justicia como práctica indispensable, y la verdad como fundamento de toda relación auténtica.

Frente a representantes de más de 180 países, León XIV agradeció los mensajes recibidos desde su elección, incluso de naciones sin vínculos diplomáticos con el Vaticano, y afirmó que la diplomacia pontificia no busca privilegios, sino servir a la humanidad desde una misión evangélica.

El Papa remarcó que la paz no puede ser solo la ausencia de conflicto, sino una construcción que comienza en el corazón de cada persona, requiere humildad, diálogo y respeto, y necesita del aporte fundamental de las religiones para transformar las sociedades. "La paz -señaló- es un don apasionante que nos compromete a todos, más allá de la procedencia cultural o religiosa".

En ese marco, abogó por el desarme global, el respeto a la libertad religiosa, el fortalecimiento de la diplomacia multilateral y la revitalización de organismos internacionales. "La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme", citó, retomando palabras del Papa Francisco.

Al hablar de justicia, León XIV explicó que "procurar la paz exige practicar la justicia" y recordó que eligió su nombre inspirado en León XIII, impulsor de la encíclica Rerum Novarum y del compromiso social de la Iglesia. "Hoy, ante tantas desigualdades, el deber es luchar por condiciones de vida dignas, trabajo justo y una distribución equitativa de los recursos", afirmó.

Uno de los momentos centrales de su mensaje fue cuando subrayó la importancia de fortalecer el tejido social a través de políticas que promuevan la familia: "Esto puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la unión estable entre el hombre y la mujer", expresó.

El Pontífice también defendió el valor de toda vida humana, desde el niño por nacer hasta el anciano, incluyendo a inmigrantes y personas en situación de vulnerabilidad. "Su dignidad es siempre la misma, la de una criatura querida y amada por Dios", enfatizó.

Sobre la verdad, alertó que sin ella no puede haber una paz duradera: "No se pueden construir relaciones verdaderas sin verdad. La Iglesia tiene el deber de decir la verdad sobre el hombre y el mundo, con lenguaje franco, aunque genere incomprensión".

Finalmente, recordó que su pontificado inicia en medio del Jubileo de la Esperanza y convocó a todos los actores internacionales a "empezar un camino nuevo", que deje atrás los conflictos y abra paso a un mundo renovado, guiado por la esperanza.

"Que esto sea posible especialmente en los contextos que más sufren, como Ucrania y Tierra Santa", concluyó el Papa, agradeciendo a los embajadores por construir puentes entre sus países y la Santa Sede.

F: Vatican News

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