Londres

Una joven de 22 años condenada por "sádicos" abusos a 21 bebés en Londres: golpes, patadas y arañazos

La sentencia pone fin a un estremecedor caso de violencia infantil que conmocionó a la capital del Reino Unido. Las cámaras de seguridad revelaron un patrón de agresiones sistemáticas y sin piedad, lo que generó repudio masivo de la comunidad y la indignación de los padres

El caso de Roksana Lecka, una joven de 22 años, culminó con una severa sentencia de ocho años de prisión por los brutales abusos perpetrados contra 21 bebés en dos guarderías de Londres: Montessori Riverside en Twickenham y Little Munchkins en Hounslow. Los menores afectados, todos de entre 18 meses y dos años, estaban bajo el cuidado de Lecka, quien fue condenada tras una investigación que destapó actos de violencia calificados como "sádicos" por la propia Justicia.

Las espeluznantes pruebas en su contra provienen de las cámaras de seguridad, que capturaron un patrón sistemático de crueldad. Los videos mostraron a Lecka pellizcando, arañando, y pateando sin piedad a los pequeños. Entre los incidentes más impactantes, la cuidadora fue vista acercándose a un niño para propinarle patadas en el rostro y pisotearle el hombro sin motivo.

Otro material fílmico reveló cómo la joven empujaba a los niños de cabeza hacia sus cunas y silenciaba sus llantos tapándoles la boca. El informe policial confirmó que las agresiones, que a menudo se producían por debajo de la ropa dejando hematomas y contusiones duraderas, se habrían repetido más de diez veces al día. La saña y la falta de remordimiento en sus acciones fueron una constante.

Negaciones y traición a la confianza

Lecka intentó inicialmente negar los cargos, alegando que su comportamiento se debía a su adicción al cannabis y la frustración por no poder usar su vapeador. No obstante, estas afirmaciones fueron desestimadas rápidamente, ya que las imágenes la mostraban violando a sus víctimas mientras fumaba en su presencia.

La fiscal Gemma Burns destacó la traición a la confianza depositada en la cuidadora. "Ningún padre debería temer dejar a su hijo al cuidado de profesionales, pero la magnitud de estos abusos resulta alarmante. Era insoportable ver cómo Lecka infringía tanto dolor a criaturas tan indefensas", declaró la fiscal.

El clamor de los padres de las víctimas fue unánime. El repudio social y la indignación reflejan la gravedad de los actos cometidos contra niños que eran incapaces de defenderse o comunicar lo que les ocurría.

"No podían hablar, no podían defenderse y no podían decirnos, como padres, que algo les había sucedido. Estaban totalmente indefensos y Roksana se aprovechó de ellos", expresó una madre. Otro padre fue categórico al señalar que, si Lecka no hubiera sido detenida, "podría haber causado heridas graves o incluso haber matado" a alguno de los niños.

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