Economía

Crisis industrial: Whirlpool confirmó el cierre de su planta y despidió a 220 trabajadores

La multinacional estadounidense confirmó el cierre definitivo de su fábrica inaugurada en 2022. La decisión se atribuye a la pérdida de competitividad, el derrumbe del consumo y el ingreso de productos importados. La UOM abrió una mesa de negociación por las indemnizaciones.

La empresa Whirlpool confirmó este miércoles el cierre definitivo de su planta de lavarropas ubicada en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar, dejando sin empleo a 220 trabajadores. La fábrica había sido inaugurada en octubre de 2022 y producía equipos de última generación tanto para exportación como para el mercado interno.

Desde la compañía explicaron que la decisión responde a la pérdida de competitividad, la fuerte caída del consumo y el aumento de las importaciones, factores que hicieron "inviable" sostener el modelo productivo local. Ejecutivos de la firma señalaron que el negocio "no logró ser lo suficientemente ágil y eficiente" en el contexto económico actual. Adelantaron que la operación se reorientará solo a actividades comerciales y de servicio, por lo que entre 100 y 120 empleados conservarán sus puestos en esas áreas.

La UOM inició una mesa de negociación para definir las condiciones de salida del personal, que incluirá indemnizaciones y un plus acordado con la empresa. "Ellos no son solo colaboradores, también son consumidores. Si pudiéramos volver a producir en el futuro, la idea es que la relación sea a largo plazo", señalaron desde Whirlpool al justificar el esquema propuesto.

El anuncio tomó por sorpresa a los trabajadores. Ignacio Cabezas, operario de la fábrica, relató en FM Plaza 92.1: "Nos acaban de desvincular a toda la empresa. Cierran completamente y nos trajeron un transporte para el que se quiera ir. Pero estamos todos en la playa, no nos vamos hasta que nos den una respuesta coherente".

Cabezas explicó que la empresa atribuyó la medida al derrumbe de ventas y a la competencia de productos importados. Un lavarropas de la marca se vendía entre 800 mil y 1 millón de pesos, mientras que "una marca china puede conseguirse a mitad de precio". La caída de la producción ya se venía evidenciando: de fabricar 500 a 600 unidades por día, la planta pasó a 400. Semanas atrás, se habían despedido a los eventuales y se habían adelantado las vacaciones al 22 de diciembre, aunque nadie esperaba un cierre total.

La planta de Pilar había demandado una inversión de 52 millones de dólares y fue anunciada como un polo exportador capaz de producir 300.000 lavarropas anuales, con el 70% destinado a exportación. Sin embargo, en los últimos meses la producción se redujo a 150.000 unidades, divididas en partes iguales entre mercado interno y externo.

Durante su inauguración, Whirlpool había destacado que eligió Argentina por ser el tercer mercado más relevante de la región, detrás de Brasil y México. Un año después, el entonces presidente Alberto Fernández recorrió la fábrica para mostrar avances del plan industrial. Nada hacía prever un final abrupto.

Whirlpool aseguró que mantendrá su presencia comercial en Argentina y que el abastecimiento de electrodomésticos, repuestos y accesorios no se verá afectado. "La continuidad de la empresa en Argentina no está en revisión", afirmaron en un comunicado. Sobre el destino de la planta, indicaron: "Hay varias alternativas, pero todavía no tenemos información".

Mientras tanto, la UOM continúa con las negociaciones y los trabajadores permanecen a la espera de definiciones, en un clima de profunda incertidumbre por el impacto del avance importador en la industria local y el empleo registrado.

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