Macri dijo que "Chubut es el Kuwait argentino" y las redes explotaron
El expresidente estuvo presente en el evento energético organizado por el gobierno provincial en el Hotel Four Seasons de Buenos Aires y se reconció "fanático de Chubut", aunque pareció desconocer bastante la realidad y olvidar sus políticas perjudiciales para la provincia cuando fue presidente.
"El Kuwait argentino". Así definió Mauricio Macri a Chubut. El expresidente ponderó el potencial de la provincia destacando su "ecuación más explosiva positiva" en recursos y habitantes y llenando de elogios al trabajo de Ignacio Torres.
Macri enfatizó que el crecimiento de Chubut y del país depende de construir confianza y coordinación. Esto implica un consenso entre los poderes del Estado para asegurar reglas de juego previsibles y el respeto a la propiedad privada.
Durante el evento Energía Chubut 2050, el expresidente criticó las regulaciones "absurdas" u "obscenas" que amenazan la riqueza de los inversores. Recordó el polémico "impuesto al viento", pero olvidaron decirle que el principal impulsor fue el municipio de Puerto Madryn, donde sus autoridades son aliados con Fontana 50.
Otro de los temas a los cuales apuntó Macri fue "compre patagónico", que, según sus palabras, generó una deformación en el mercado local. Esto lleva a contratar "amigos del gobernador" o del gremio, resultando en malos y costosos proveedores. El ejemplo que puso fue la salida de ExxonMobil de Vaca Muerta. "Los altos costos y la falta de institucionalidad hicieron más atractivas inversiones en Guyana", subrayó el exmandatario, quien decidió no comentar que la salida de la compañía estadounidense es un ordenamiento de sus activos tal como viene haciendo YPF en el país.
En ese capítulo, el expresidente se olvidó de lo que sucedió con la empresa de servicios San Antonio Internacional (SAI), asociada a la familia Caputo, que mantiene una gran relación con Macri y que habría ganado contratos gracias a sus contactos amarillos en Casa Rosada.
Respetar al privado (no como lo hice yo)
Una y otra vez Macri repitió que hay que respetar al privado, implementar reglas claras y tener una macroeconomía ordenada. De esos tres pilares, su gobierno no dejó ni uno en pie. El expresidente subrayó la necesidad de una Argentina sin cepo cambiario y sin inflación, pero no emitió opinión cuando Luis Caputo, actual ministro de Economía y exministro de Finanzas de la gestión Juntos por el Cambio, generaron una bicicleta financiera que terminó en una corrida cambiaria y un abrupto cambio de reglas para la economía argentina.
Esto imposibilitó ingresar y retirar capitales libremente por parte de las compañías y que diversos proyectos, principalmente en minería y la industria hidrocarburífera, se vieran planchados.
Asimismo, el expresidente abogó por un Estado minimalista con pocas tareas, pero siempre presente en la coordinación. Especialmente, en la extracción y exportación de recursos naturales. Macri recordó el éxito de las mesas de productividad durante su gobierno, como la de Vaca Muerta, y le sugirió a Torres replicar su ejemplo en Chubut.
Lo que no dijo Macri es que cuando perdió en las PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias) de 2019 decidió patear el tablero y tirar por la ventana todas sus convicciones: sin muchas explicaciones, sacó el Decreto 566/19 y le puso un techo al valor del barril de crudo y, además, creó un tipo de cambio paralelo para calcular el precio del petróleo en pesos. La brecha entre la cotización de mercado y la intervenida por Nación llegó a ser del 35%. Todo un éxito de alguien que no cree en el Estado.
En este sentido, enfatizó que "ni un dólar de las regalías debe ir a gasto corriente. Las regalías deben reinvertirse en infraestructura para generar más riqueza y recursos a largo plazo". Algo que nunca respetó a lo largo de su gestión.







