Murió Roberto Cejas, el hincha que levantó a Maradona en México '86
La ciudad de Santa Fe despidió al hincha que, con una mirada, inmortalizó la postal más emblemática del fútbol nacional tras la consagración mundialista
Este lunes, el fútbol argentino se vistió de luto para despedir a un protagonista anónimo de su historia más grande. Roberto Cejas, el hincha que llevó a Diego Armando Maradona en andas tras la épica victoria en el Mundial de México 1986, falleció a los 68 años de edad tras una larga enfermedad.
Cejas, un hombre sencillo, nacido y criado en Santa Fe, se convirtió en una leyenda fugaz y eterna a sus 30 años, en el momento exacto en que Argentina tocaba el cielo.
La noticia fue confirmada por su familia. "Vuela alto, cuñado, ya están todos juntos. Descansá en paz, Roberto Cejas, y desde allá cuídennos a todos", escribió Silvia Zabala, esposa de su hermano, en redes sociales, sugiriendo un reencuentro celestial con el Diez.
Roberto Cejas, quien en su vida cotidiana trabajó en una metalúrgica y, últimamente, en la venta de revestimientos, alcanzó la inmortalidad en medio del caos del Estadio Azteca.
Según su propio relato, el momento fue pura magia e improvisación:
"Yo no lo había visto porque estaba corriendo por la cancha haciendo pavadas, agarrando banderas, tirándome al piso. De repente me encontré con Maradona de frente. Si querés que pase, no pasa. Si lo programas, no te sale. De repente quedé de frente a él y con la mirada me dijo ‘levantame'. Fue un segundo y ya lo tenía en andas."
Aquella imagen, con Maradona con la Copa del Mundo en alto y una sonrisa radiante sobre los hombros de un hincha desconocido, trascendió las canchas y se convirtió en el retrato más reconocido de la gloria deportiva argentina.
Tras la muerte de Maradona en 2020, Cejas había reflexionado con dolor sobre el legado de su ídolo, declarando que "No lo cuidamos como merecía". Hoy, su propia partida enlaza nuevamente su nombre al del astro, dejando un vacío en la memoria colectiva que su figura sencilla, pero heroica, supo llenar en un momento único e irrepetible.




