Opinión

LA OBRA PUBLICA

En lo inmediato la suerte de la obra pública en Chubut dependerá de varios factores

LA OBRA PUBLICA 

Por Ricardo Bustos 

Entre los anuncios que hizo en su primer semana de gobierno el presidente Milei está el referido a la suspensión de la Obra Pública. La excusa que usa Milei para blanquear algo que en la práctica era ya un hecho, es su ya conocida frase "NO HAY PLATA". 

Hay otras prioridades para el nuevo gobierno antes que la obra pública en una economía montada sobre una inflación sincerada y sin reprimir, que cabalga a un ritmo del 1% diario según palabras del ministro Caputo. 

Con o sin su anuncio, que desde luego preocupa y pone en alerta a los gremios y a las cámaras de empresas de la construcción, lo cierto del caso es que la obra pública ya estaba prácticamente parada en todo el país como consecuencia de los desajustes que provocaba en la ingeniería financiera de las empresas el descalce que significa el pago de certificados diferidos entre 120 y 180 días a contar desde el momento en que se realizan los trabajos con una inflación del 12% mensual. En obras con plazos de ejecución largos, no hay en la práctica ninguna posibilidad de que construir obra pública sea un negocio lícito.

En Chubut

En Chubut el escenario prometido por el gobernador Ignacio Torres es otro. Horas antes de asumir se esforzó en anunciar que la obra pública no se paralizaría. 

Sin perjuicio de lo dicho por Torres, lo concreto del caso es que prácticamente la totalidad de la obra pública provincial o está paralizada o avanza a un ritmo de certificación del 2% o 3% mensual. 

En lo inmediato la suerte de la obra pública en Chubut dependerá de:

1)- La capacidad de negociación que puedan ejercer Torres y el resto de los gobernadores patagónicos frente a un gobierno nacional que ha decidido congelar los gastos mediante la prorroga del presupuesto 2023 por un lado, 2)- La aprobación por parte de la Legislatura del anunciado nuevo endeudamiento de 200 millones de dólares para la construcción de escuelas, comisarias y hospitales, 3)- La posibilidad de buscar financiamiento ante organismos de crédito internacional, dependiendo esto último de un mejoramiento en la performance de los indicadores macroeconómicos de aquí a 6 o 8 meses, 4)- Y por último de una mejora en los ingresos provinciales por regalías hidrocarburiferas en función de la reciente mega devaluación monetaria implementada el martes por el gobierno de Milei. 

En los Municipios

Un capítulo aparte merece la mirada sobre la ejecución de obra pública en las ciudades más grandes de la provincia. 

En el caso de Comodoro Rivadavia, será difícil sostener durante los próximos meses el ritmo exhibido durante los pasados 4 años con más de 500 obras ejecutadas con fondos propios, si se tiene en cuenta que al momento de la redacción de esta columna ni siquiera se ha decidido aún quien reemplazará al anterior secretario de obras públicas municipal. 

En Trelew y Puerto Madryn la situación se tornará más que compleja atento que el gobierno nacional ha prometido cortar con los aportes discresionales de ATN para financiar desequilibros financieros permanentes. 

Rawson, la ciudad capital, cifra sus esperanzas en la continuidad de las obras de saneamiento de agua y cloaca que están en ejecución pero que avanzan a paso de hombre, mientras que es una incógnita desde donde saldrán los fondos para encarar las esperadas y varias veces anunciadas obras de defensa costera para Playa Unión, el nuevo puente sobre el Rio Chubut y la Terminal de Omnibus. 

Esquel y su intendente se preguntan por la suerte que correrá la continuidad de la incipiente obra de captación de agua potable para repotenciar el abastecimiento de una comunidad a la que le ha quedado chico el actual acueducto. 

Corrupción 

Independientemente de que la obra pública en Chubut se detenga o prosiga a bajo ritmo, es indispensable que el gobierno provincial aproveche la coyuntura para modificar de raíz el modelo de obra pública cara y de pésima calidad que ha venido ejecutándose durante los pasados 40 años. 

Obra pública cara, de pésima calidad y vehículo indispensable para el enriquecimiento de políticos coimeados y empresarios prebendarios. No es antojadizo esto último. Solo alcanza con recordar la cantidad de ex funcionarios y empresarios chubutenses que han pasado por la justicia para explicar el incremento patrimonial de muchos de ellos en contraste con escuelas que se caen a pedazos siendo de reciente inauguración o viviendas que además de haber costado el doble de lo que hubiera pagado un privado por ellas, no tienen plan de repago financieramente sustentable con el consecuente perjuicio para los contribuyentes que las financiaron.