En el nombre del padre
Análisis Saúl Gherscovici.
El presidente Javier Milei designó al Teniente General Carlos Presti como futuro ministro de Defensa, cargo que asumirá la semana próxima cuando su todavía titular, Luis Petri, jure como nuevo diputado tras las elecciones del 26 de octubre.
La elección de Milei no hay que buscarla en la similitud de los apellidos del ministro saliente y el entrante, sino en la provocación y en la profundización de un modelo que busca terminar de imponer en los dos últimos años de su gobierno y de la batalla cultural que viene comandando, y posiblemente imponiendo, desde que asumió la presidencia.
Los organismos de Derechos Humanos ya se expresaron con claridad sobre la elección, recordando los antecedentes del padre del nuevo ministro, Roque Presti, que fue jefe del Regimiento de Infantería 7 de La Plata durante la dictadura y que fue señalado por organismos de DD.HH. como director operativo de los de centros clandestinos de detención del Área 113, La Cacha y Arana.
Entre otros operativos, el padre del futuro ministro, fue responsable de aquel donde las fuerzas militares asesinaron a Diana Teruggi y a otros militantes en noviembre de 1976 en La Plata, y en el que fue secuestrada y aún continúa apropiada Clara Anahí, la nieta de "Chicha" Chorobik de Mariani, co-fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, que había nacido solo tres meses atrás.
Se lo que están pensando y tienen razón: nadie puede ser acusado de crímenes de sus padres pero, en este caso, ninguno de los dos Presti se arrepintió ni pidió disculpas por lo hecho, sino más bien todo lo contrario, por lo que la designación es una afrenta a las violaciones de los derechos humanos, que 50 años después del golpe se siguen juzgando, incluso aquí, en Comodoro Rivadavia.
Negacionismo y reivindicación
La elección de Presti hijo como nuevo ministro, además de violentar toda la carrera militar y el ordenamiento democrático, implica un paso más en el negacionismo y hasta de reivindicación de lo sucedido en la pasada dictadura que esta gestión práctica y fomenta y en la que no hay diferencia alguna entre el presi y la vice .
Se trata de una nueva provocación, con la que se intenta tapar la situación económica y social de la Argentina y de los hechos de corrupción que se siguen destapando, y avanzar en la mencionada batalla cultural que, al igual que las elecciones y aunque nada es definitivo, el gobierno parece ir ganando.
Junto con la designación de Presti y antes también de dejar el cargo, Patricia Bullrich anunció la creación de la Agencia Nacional de Migraciones, con la que pretende imitar la persecución que el gobierno de Donald Trump realiza sobre los inmigrantes en Estados Unidos.
La colocación de Pesti y la Agencia de Bullrich parecen más enfocadas y dispuestas en copiar y trasladar y aceptar ese modelo Trump, que no es nuevo sino remozado y que siempre se sustento en la creación y sostenimiento de un enemigo interno. Para combatir ese "enemigo", antes se recurría a los golpes militares, ahora alcanza con sus hijos y con los gobiernos que, pese a haber sido electos mediante el sistema democrático, colaboran decididamente en esa estrategia de dominación y entrega, de acuerdo al lado del mostrador del que se coloquen cada uno de los actores.







