(Saúl Gherscovici)

Las cosas se cuentan solas, solo hay que saber mirar

La visita de Milei a Bahía Blanca generó descontento, con represión a jubilados y heridos graves. Cacerolazos y pedidos de renuncia reflejan el creciente malestar social

Saúl Gherscovici

Una visita obligada y sin compromisos efectivos y afectivos a Bahía Blanca. Insultos de los damnificados. Derrota política e institucional en Diputados. Feroz represión a jubilados y manifestantes. Cacerolazos y pedidos de renuncia. Una jubilada que no está muerta de casualidad y un fotógrafo que pelea por su vida tras haber recibido el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza. 

Todo eso y mucho más pasó ayer, un día en el que el gobierno de Milei quedó al desnudo, con sus prácticas y recetas cada vez más alejadas de la vida democrática y republicana que establece la Constitución. 

Obligado e incómodo 

El miércoles comenzó con la visita sorpresiva del presidente Javier Milei a Bahía Blanca, a la que llegó y se fue solo dos horas después, en silencio y con evidente cara de suplicio, con la que reflejaba sus pocas ganas de estar y su verdadero desapego emocional con la gente en general y con los que sufren en particular. 

No hubo contacto con la gente, que lo insultó de arriba abajo cuando lo vio, ni reuniones a fondo para analizar la situación. Tampoco anuncios de acompañamiento y reparación para una ciudad, que ya se tuvo que arreglar sola tras el temporal de viento del 2023. 

El anuncio de envío de fondos, según el comunicado de la Oficina del Presidente por 200 mil millones de pesos, sugestivamente se produjo minutos después de que Diputados finalmente declarara a la ciudad en emergencia, y obligara al Ejecutivo a atender la situación. 

La derrota y "barras bravas" Diputados 

Ya con Milei en Buenos Aires, donde regresó rápido y gustoso para recibir en Casa Rosada a directivos de multinacionales, el oficialismo tuvo la primera derrota en Diputados, cuando la oposición consiguió el quórum para iniciar la sesión convocada, básicamente, para tratar la estafa con la meme coin $Libra. 

A esa le siguieron otras como fue la mencionada declaración de emergencia de Bahía, que el diputado José Luis Espert trató de bloquear por todas las formas posibles, y el emplazamiento a comisiones para investigar la responsabilidad del presidente y funcionarios en torno a la estafa que conmueve el mundo. 

La sesión terminó con escándalo porque, para frenar la activación del pedido de juicio al presidente, diputados del bloque de La Libertad Avanza intentaron sacar de sus bancas (para dejar a la sesión sin quórum) a sus compañeras Marcela Pagano y Rocío Bonacci, y también al ex jefe de la bancada Oscar Zago, quien terminó a las piñas contra el libertario de Corrientes, el karinista Lisandro Almirón. 

El presidente de la Cámara, Martín Menem, aprovechó la situación y pese a que había quórum levantó la sesión para impedir que se apruebe el emplazamiento a la comisión de juicio político y que Marcela Pagano quedase ratificada como titular de la misma. 

Patricia Represión 

Mientras que algunos diputados de la Libertad Avanza llevaban adelante prácticas de barras bravas, las genuinas hinchadas que acompañaron a los jubilados eran salvajemente reprimidas por las fuerzas terrenales y siniestras de Patricia Bullrich.

Ansiosa de protagonismo y de sangre, Bullrich ni siquiera esperó a las 17. A las 16, ya activó el fuerte operativo y represión para impedir que la multitud que ayer acompañó a los jubilados ganase la calle y quede reflejado el apoyo popular a los "viejos y viejas", que son ajustados mes a mes y reprimidos todos los miércoles. 

A las habituales maniobras de infiltración, como dejar escombros al alcance de manifestantes y no tanto, un auto policial abandonado y con las puertas abiertas para ser luego incendiado y la represión semanal, Bullrich le agregó más despliegue y salvajismo. 

Se detuvo al boleo a 114 personas, entre ellos trabajadores de prensa y al Padre Paco. Se descargó un feroz bastonazo a una jubilada de casi 80 años en la cabeza, que no murió de milagro y por la atención inmediata del doctor Jorge Rachid, que estaba cerca de ella, y se hirió de gravedad al reportero gráfico Pablo Grillo, que hoy sigue peleando por su vida en el hospital Ramos Mejía. 

La ministra de Seguridad y el aparato oficial de propaganda, que cuenta siempre con Luis Majul y demás como grupo de tareas oficioso, contó la habitual versión oficial que ya no se cree nadie que no este engañado o fanatizado, o ambas cosas. Para Bullrich, los agredidos fueron las efectivos de seguridad que recibieron los ataques de "los barrabravas", "kirchneristas" y "zurdos", como definió a los manifestantes.

Para complementar su cuadro de mentira, por La Nación + aseguró que Pablo Grillo "es un militante kirchnerista que en estos momentos está preso". Cuando Débora Plager interrumpió para informar que el reportero gráfico estaba herido y siendo derivado de urgencia y gravedad al hospital, Bullrich atinó a decir "es exactamente lo que dije" . Para evitar más fisuras en el relato, Majul asintió y le dio la razón a la desenfocada ministra.

Cacerolazos 

Horas después de la represión, hubo cacerolazos y marchas espontáneas a la plaza de mayo, donde entre otras cosas los vecinos cansados de tanta represión sin sentido, pidieron la renuncia de Patricia Bullrich. 

La represión pudo haber impedido que hoy se hable de la enorme y genuina concentración en apoyo de jubilados. 

El accionar como barras bravas de diputados y diputadas de LLA pudo haber frenado la constitución de la comisión de juicio político, pero cada vez está más a la vista de todo el mundo que este gobierno, con su programa y sus acciones, está cada vez más lejos de las prácticas democráticas, republicanas y federales. 

Claro está que en estos momentos tan turbulentos, todo está a la vista pero de quien aún quiera y pueda ver. Las redes y los relatos nos alejaron de aquellos tiempos en los que, como señaló Piero, las cosas se contaban solas, solo había que saber mirar.

(Saúl Gherscovici)

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