Cómo el monóxido de carbono arruinó la vida de toda una familia de un día para el otro
Andrés De Nastchokine, su esposa Marie, y sus hijos habían llegado a la Argentina para reunirse con sus seres queridos. Un día después, casi toda la familia murió intoxicada en Villa Devoto: solo el bebé sobrevivió.
Andrés De Nastchokine y su esposa Marie Lanane habían regresado a la Argentina junto a sus dos hijos, Elisa y Milk, después de vivir en Italia. El 30 de junio aterrizaron en Ezeiza, donde los esperaba Graciela Just, la madre de Andrés, junto a sus otros dos hijos, Alejandro y Maia, hermanos del hombre.
El reencuentro quedó registrado en una foto que Alejandro compartió en sus redes sociales. De allí, Andrés, Marie y sus pequeños se dirigieron a la casa familiar en Villa Devoto para pasar la noche. Allí los esperaba Demetrio De Nastchokine, el padre de Andrés y esposo de Graciela.
Nadie imaginaba que pocas horas después, todo se volvería irreversible: en plena madrugada, la acumulación de monóxido de carbono dentro de la vivienda acabó con la vida de cinco miembros de la familia. Murieron Graciela, de 74 años; Demetrio, de 79; Andrés, de 43; su esposa Marie, de 42; y su hija Elisa, de solo cuatro años.
El único que logró sobrevivir fue el más pequeño, Milk, de apenas un año y medio, que fue hallado con signos de intoxicación, pero logró resistir y fue trasladado de urgencia al hospital Zubizarreta, donde se encuentra estable y fuera de peligro.
La casa estaba completamente cerrada, algo común en jornadas de frío extremo, pero esa falta de ventilación resultó mortal ante una fuga de gas invisible. Según los especialistas, el monóxido se acumula sin olor ni color y provoca en minutos un paro respiratorio si no se detecta a tiempo.
"El monóxido es el asesino silencioso. No tiene olor, no se ve. Se combina con la hemoglobina y produce un paro respiratorio. Es fundamental actuar rápido: abrir ventanas, salir afuera. Eso salva vidas", advirtió el titular del SAME, Alberto Crescenti.







