Crown Point: una renuncia inesperada y señales de alerta para Chubut

La salida de su CEO y los números del balance encienden luces amarillas en la petrolera canadiense que adquirió las áreas de Tecpetrol hace poco tiempo. ¿Qué puede pasar con sus activos en el Golfo San Jorge?

Crown Point atraviesa un momento de alta incertidumbre. El 31 de julio de 2025, la empresa comunicó oficialmente la renuncia de Gabriel Obrador a los cargos de presidente, CEO y director, tanto de la compañía como de sus subsidiarias. La noticia, sorpresiva incluso para el mercado, fue registrada ante la TSX Venture Exchange y la Comisión Nacional de Valores (CNV).

La compañía informó que el ejecutivo se retira para enfocarse en otros negocios, aunque en el sector energético se multiplican las especulaciones. "Con Obrador al frente, Crown Point era una garantía de continuidad. Su salida reconfigura el tablero en un momento delicado", resumió un operador del mercado con trayectoria en la industria.

La dirección de la empresa será asumida de manera interina por Marisa Tormakh, actual vicepresidenta de Finanzas y CFO, junto con Hermann Steinbuch, vicepresidente de Operaciones en Argentina. El Directorio, presidido por Gordon Kettleson, ya inició el proceso de sucesión.

Un modelo que siembra dudas

En paralelo a esta transición, Crown Point se embarcó este año en una ambiciosa operación de crecimiento en la Cuenca del Golfo San Jorge. A través de una serie de acuerdos con Tecpetrol, YPF y Pampa Energía, la empresa adquirió el control operativo del 95% en las áreas El Tordillo, La Tapera y Puesto Quiroga, por un monto que podría alcanzar los 61,4 millones de dólares. El paquete incluye también una participación del 4,2% en Terminales Marítimas Patagónicas (Termap).

Pero detrás de esta expansión, crecen los interrogantes. Según el balance consolidado de 2024, Crown Point registró una pérdida superior a los 6.149 millones de pesos, y presentó activos por 223.833 millones de pesos frente a pasivos por 216.096 millones de pesos. La cercanía entre ambos valores genera inquietud en analistas y autoridades provinciales, que temen un desequilibrio patrimonial si parte de esos activos estuvieran sobrevaluados, en especial pozos maduros con baja proyección productiva.

¿Un fondo disfrazado de petrolera?

Fuentes del sector comparan la situación con la reciente crisis de Aconcagua Energía. En apenas unos meses, esa compañía pasó de ser presentada como "la nueva Vista" a declararse en default. En el caso de Crown Point, algunos expertos advierten sobre un modelo de negocios más financiero que operativo. "Compran barato para vender caro, pero en vez de bonos o acciones, lo hacen con áreas petroleras. Es un fondo buitre con casco de operadora", opinó una fuente del mercado energético.

Impacto laboral y ambiental

Las recientes experiencias con la transferencia de áreas en Chubut y Santa Cruz también generan preocupación. Las empresas que tomaron el control de los clústers de YPF comenzaron rápidamente con despidos, lo que encendió conflictos laborales que aún no se apagan. ¿Crown Point podría enfrentar una situación similar si sus pasivos crecen y los números no cierran? Todo es incierto.

En este escenario, las luces amarillas sobre el presente financiero de Crown Point se combinan con interrogantes clave sobre su futuro operativo en la Cuenca del Golfo San Jorge. ¿Podrá sostener las inversiones comprometidas? ¿Tendrá espalda para cumplir con sus obligaciones laborales y ambientales? ¿O estamos ante otro caso de fragilidad empresarial con consecuencias regionales?

Mientras el Directorio busca un nuevo CEO, la región espera señales claras que despejen las dudas. Por ahora, lo único seguro es que Crown Point atraviesa uno de los momentos más complejos desde su desembarco en el país.

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