La OMS ya no ensaya con hidroxicloroquina

Este lunes, la OMS informó que detuvo los ensayos con hidroxicloroquina, en busca de una cura para el coronavirus

Desde este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejará suspendido el uso de hidroxicloroquina en sus estudios de tratamientos experimentales para el coronavirus, porque sus expertos necesitan evaluar toda la evidencia disponible hasta la fecha.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró en conferencia de prensa que a la luz de un artículo publicado la semana pasada en la revista The Lancet que mostró que la gente que toma la hidroxicloroquina tenía un mayor riesgo de morir o desarrollar problemas cardíacos, habría una “pausa temporal” en la sección de hidroxicloroquina de su ensayo clínico global.

Ghebreyesus añadió que los medicamentos son tratamientos aprobados para personas con malaria o enfermedades autoinmunes. Otros tratamientos que son parte del ensayo, como el medicamento experimental remdesivir y una terapia combinada usada contra el VIH, todavía se están probando.

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La OMS ya no ensaya con hidroxicloroquina

La OMS suspendió las pruebas con hidroxicloroquina en busca de una cura contra el coronavirus

Además, el director general de la OMS el grupo “Solidaridad”, a cargo del ensayo global, se reunió el sábado y decidió llevar a cabo una revisión exhaustiva de toda la información disponible sobre la hidroxicloroquina y que su uso en el ensayo se suspendería por ahora.

Por su parte, el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, dijo que hasta la fecha no había indicios de problemas de seguridad con la hidroxicloroquina en el ensayo de la OMS, pero que ahora los estadísticos analizarían la información.

Y añadió: “Sólo estamos actuando por precaución con base en los resultados más recientes de todos los estudios para garantizar que podamos continuar de manera segura con esa sección del ensayo”. La OMS señaló que espera tener más detalles en las próximas dos semanas.

La hidroxicloroquina y cloroquina están aprobadas para tratar el lupus y la artritis reumatoide y para prevenir y tratar la malaria, pero ninguna prueba rigurosa a gran escala ha encontrado que sean seguras o efectivas para prevenir o tratar al coronavirus.