A dos años del ataque de Hamas a Israel, que luego convirtió a Gaza en un cementerio de niños y niñas como represalia
A dos años de la ofensiva que puso a Gaza en el foco mundial, la cifra de víctimas fatales supera los 67.000, con un 70% de las muertes concentradas en niños, mujeres y ancianos, en medio de la indiferencia global.
Desde el inicio de la escalada que atrajo la atención mundial en octubre de 2023, la ofensiva israelí en la Franja de Gaza ha generado una catástrofe humanitaria con cifras alarmantes. En los últimos dos años, el número de palestinos asesinados supera los 67.000, de acuerdo con conteos preliminares. Lo más desgarrador de esta cifra es que un 70% de las víctimas fatales son niños, mujeres y ancianos, exponiendo la desproporción del conflicto.
La violencia ha llevado a Unicef a calificar la situación en Gaza como un "Cementerio de niños y niñas", reflejando el altísimo costo humano de la ofensiva. El drama se profundiza, ya que las estimaciones sugieren que más de 20.000 personas podrían permanecer desaparecidas bajo los escombros, mientras que la tasa de mortalidad infantil es aterradora: se reporta el asesinato de un niño cada 10 minutos. Además, más de 500 escuelas que servían como refugios han sido bombardeadas, dejando a millones de personas sumidas en el hambre y la miseria.
La postura del gobierno israelí ha sido de extrema dureza, con declaraciones que minimizan el sufrimiento de la población civil. Según se cita en un artículo de la Revista Sudestada, desde el gobierno israelí se llegó a afirmar: "Lo único que necesita llegar a Gaza son cientos de toneladas de explosivos de la fuerza aérea, no ayuda humanitaria." Esta retórica subraya un "plan de exterminio" que, según los críticos, se dirige directamente contra el pueblo palestino y no únicamente contra la facción de Hamás, como sostienen los voceros oficiales y medios afines.
El informe también critica el silencio y la complicidad de las potencias mundiales, especialmente Estados Unidos, que ha brindado su aval a la operación militar. Asimismo, se señala una marcada disparidad en la cobertura mediática global: mientras los medios hegemónicos publican sistemáticamente las caras e historias de los rehenes israelíes, la realidad y las vidas arrebatadas en Palestina apenas se muestran, perpetuando un dolor que "rompe toda humanidad" y se ve agravado por la "indiferencia cómplice".







