Mujer que asesinó a su marido rechaza la prisión domiciliaria: no le alcanza el dinero para mantenerse

Una mujer condenada por matar a su marido de dos disparos debe rechazar la prisión domiciliar porque sus ingresos no son suficientes.

Una mujer misionera de 74 años, condenada por matar a su marido, tenía todo dado para que la justicia le otorgara la prisión domiciliaria, sin embargo tuvo que volverlo a pensar. Se trata de una jubilada que percibe el haber mínimo, el cual no le alcanza para solventarse por sí misma. Más allá de su deseo de pasar la condena en su domicilio, a la mujer le conviene seguir tras las rejas.

El 9 de julio del 2018, Luisa “la Palita” Báez asesinó de dos disparos a su esposo, el aduanero César Oscar Paganetto, de 64 años. Por el hecho fue condenada a cadena perpetua y en la actualidad se encuentra recluida en la Unidad V de Posadas.

Según se pudo saber desde su círculo más íntimo, la mujer se encontraba acorralada por las pruebas y en su contra y tras unos días decidió confesar el asesinato sabiendo que por su edad le correspondería ser beneficiada con la prisión domiciliaria. No obstante, eso no será posible por el momento.

Si bien la mujer es dueña de algunas propiedad y vehículos, se encontraría imposibilitada de usarlos para su beneficio, ya que su hija y los hermanos de la víctima acudieron a la justicia para reclamarlos. La condenada también perdió la cobertura de una importante obra social a la que estaba adherida por su esposo. Aun cuando le corresponde Pami, no realizó los trámites correspondientes y si llegara a salir de prisión se encontraría sin cobertura médica. En la cárcel recibe los tratamientos correspondientes para su diabetes y otras enfermedades a través de la salud pública.

La mujer tenía pensado pasar su condena en la misma casa donde asesinó a su pareja, ubicada en la calle Hornos y Av. Domingo Berrondo en Oberá. De acuerdo con las fuentes, su marido había sido maltratado por Báez durante muchos años y la violencia cada vez era mayo, sin embargo no la denuncia por vergüenza.