La Iglesia mostró preocupación por el motín en Devoto

La Iglesia denunció las condiciones precarias en las que viven los presos en las cárceles y se ofreció a dialogar

La Iglesia reclamó “medidas extraordinarias” para los presos ante el motín del día de ayer en Devoto. Los presidiarios reclamaron por buenas condiciones en las cárceles y denunciaron hacinamiento extremo.

Tras nueve horas de protestas continuas, el Servicio Penitenciario Federal anunció un acuerdo con el cual se dio por terminado el motín en la cárcel de Villa Devoto, en el cual se encuentran alrededor de 1.700 detenidos.

Un agente penitenciario dio positivo en un test de coronavirus e inmediatamente la información llegó a los presidiarios quienes comenzaron a reclamar medidas para evitar el contagio masivo del virus. Alrededor de las 09:20 horas del día de ayer, presos de la Unidad 1 fueron quienes iniciaron el motín. 

 Tras el motín, la comisión episcopal de Pastoral Carcelaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó su “dolor y gran preocupación”. De esta manera la Iglesia denunció el “hacinamiento en que se vive hace años” dentro de los penales, y reclamó un “pronto tratamiento” y “medidas extraordinarias” de todos los poderes del Estado. 

“Con dolor, gran preocupación y apoyados en la oración como pastores del Pueblo de Dios volvemos a ofrecernos, como en tantas mesas de diálogo, para buscar juntos caminos posibles ante esta emergencia sanitaria; sobre todo para con los más desprotegidos y vulnerables”, también comunicaron.

Desde la Iglesia también consideraron que “en la sobrepoblación carcelaria se ponen de manifiesto realidades que urgen pronto tratamiento” como “presos sin condenas”, “personas a las que se le debería dar un tratamiento penal alternativo fuera de la cárcel, dado que padecen enfermedades graves o terminales, o son mujeres embarazadas, o personas con capacidades diferentes, o de adultos de edad avanzada previstos en la ley” así como “personas con problema de droga, en su gran mayoría jóvenes, que necesitan un ambiente distinto a lo que le ofrece la cárcel”.

“Ante hechos inéditos se hace más urgente el cambio y el adoptar medidas extraordinarias ya sea de parte del Estado, no solo el poder judicial y la seguridad, sino todos los poderes del Estado, como así también la sociedad en su conjunto que deberá acoger y brindar protección a aquellos que deban realizar responsablemente el aislamiento social necesario con las medidas establecidas por el propio Estado para seguridad de todos”, finalizó la Iglesia. 

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